Los vizcainos conocen bien las fluctuaciones demográficas de Ezcaray, un pueblo de unos 2.000 habitantes que se dispara en invierno, con la afluencia masiva a su estación de esquí, o en verano, cuando ronda los 15.000. Ubicado en la parte alta del valle del Oja, al suroeste de La Rioja, su historia está ligada a la industria de la madera, a sus fábricas de muebles, butacas y perchas de madera.

Todavía resisten algunos artesanos en la villa riojana, famosa por su rica gastronomía en el entorno de la populosa Plaza de la Verdura. Lugar para recorrer con mimo, ofrece servicios de restauración tradicionales y de vanguardia, ideales después de un recorrido por la villa -primera turística de La Rioja-, especialmente su casco histórico, que conserva la arquitectura tradicional.

Recursos turísticos

Su paisaje de ensueño lo otorga un conjunto urbano con soportales, plazuelas porticadas y palacios bien conservados, como los de Torremuzquiz y el Ángel. También resulta obligado visitar la que fuera Real Fábrica de Tapices de Santa Bárbara, fundada en 1752, hoy reconvertida en Albergue de la Real Fábrica y sede del Ayuntamiento. Fuera del núcleo urbano destacan sus puentes sobre el río Oja y resultan muy disfrutables los paseos por sus riberas.

Los amantes de los edificios religiosos pueden pasarse por la parroquia de Santa María la Mayor, cuya construcción se inició en el siglo XIV. Levantada sobre la antigua parroquia románica, consta de una sola nave con capillas bajas, crucero y cabecera ochavada. En el interior resalta el bellísimo retablo mayor hispano-flamenco del XVI.

Y para quienes gusten de vivir la naturaleza al máximo, Ezcaray, sita en el extremo occidental de la sierra de la Demanda, ofrece numerosas rutas para realizar senderismo o practicar bicicleta de montaña, así como para descubrir la riqueza paisajística del Valle de Oja.