Tierras Altas de Soria está de moda gracias a haber sido el plató de la serie revelación de este 2020, 'El pueblo', emitida por Tele 5 y Amazon Prime Video. Grabada en su totalidad en la población soriana de Valdelavilla, ha hecho que los seguidores de la serie no duden en acercarse a esta zona de la provincia castellana para conocer de primera mano no solo los escenarios, sino también los paisajes y paisanajes reproducidos en esta producción televisiva.
Para ello se han creado nuevas formas de descubrir sus incondicionales atractivos turísticos, como son sus grandes masas de acebales, consideradas de las más grandes de Europa, el encanto de algunos de sus pueblos como Yanguas, Oncala y Castilfrío, sus castillos y fortalezas, o sus pueblos de Merinas, Mesta y Trashumancia.
Para atraer al público a esta zona única existen determinados productos, como el de Valdelavilla y la visita a un parque eólico, que son innovadores, diferentes y que sirven para revalorizar la comarca y aumentar las pernoctaciones y la tasa de ocupación de los establecimientos de esta zona de Soria, tan única como singular.
El parque eólico
La Comarca de Tierras Altas de Soria cuenta con 250 molinos para generar energía eólica. Sus aspas producen más de 200 megavatios de energía limpia que abastecen de energía a multitud de zonas de la Península. Caja Rural de Soria, junto a Tierras Altas de Soria, propone conocer de cerca esta energía ecofriendly con un sencillo paseo hasta los pies de los enormes y modernos molinos. Una aventura en la que descubrir lo pequeño que uno puede ser ante estos gigantes de más de cien metros de altura y 40 de diámetro de sus aspas, estremecerse con el sonido de sus aspas, entender cómo funcionan, observarlos por dentro y visitar un centro de seguimiento y control del parque en la comarca, donde está el cerebro que pone en orden el parque eólico y controla la generación de la electricidad. Una forma diferente de conocer una zona que se complementa con un paisaje de ensueño, con cañadas trashumantes y pueblos con encanto. www.valdelavilla.online. Precio de la visita: 12 euros.
Un pueblo-plató
Un pueblo-plató
La serie de Tele 5 El pueblo ha hecho reír a más de tres millones de televidentes, y hoy su plató natural, donde transcurren los avatares de sus protagonistas, se ha convertido en un lugar de peregrinaje para sus seguidores.
El pueblo de Peñafría en la ficción es Valdelavilla en la realidad, una aldea enclavada en la profundidad de un pequeño valle que ofrece sosiego y tranquilidad. Sus casas de recia piedra siguen los cánones de la arquitectura popular de esta comarca, con sus portalones dobles como las casas serranas, sus tejados a dos aguas y con tejas realizadas a mano, interiores con vigas de madera y en casos abuhardillados€ La web www.valdelavilla.es ofrece una escapada a esta comarca de película, un lugar donde alejarse del ruido, respirar el sabor de lo rural y descubrir en primera persona los escenarios de la serie, desde la casa del Ovejas, la plaza que es el punto de reunión de los vecinos, el pozo, el huerto de Laura, la calle de la Cuesta (la más concurrida del pueblo), el prado donde Moncho y Ruth hacen yoga, además de la decoración que se está usando para grabar la serie. Un plató que ya han visitado más de medio millar de personas atraídas por esta exitosa ficción.
Valdelavilla se encuentra a tan solo 50 kilómetros de la ciudad de Soria y es una de esas poblaciones donde en los años 60 se paró el tiempo, por lo que ha sufrido las consecuencias de la despoblación. Reconstruida gracias al esfuerzo de los vecinos de la comarca, se convirtió poco a poco en un lugar idílico. Fue lugar de bodas, complejo rural y el primer pueblo inglés de la academia Vaughan, hasta llegar hoy a convertirse en famoso plató de televisión. www.valdelavilla.es. Precio del tour: desde 14 euros.
Estos proyectos están sirviendo para revalorizar y poner en primera línea otros atractivos turísticos de la comarca, como su ruta de las icnitas y la de las históricas iglesias.
El gran dinosaurio
Esta zona soriana fue tierra de dinosaurios hace millones de años. Era un lugar pantanoso y el deambular de estos animales prehistóricos por lo que hoy son montes, prados e incluso plazas de pueblos, dejó grabadas muchas huellas. Hoy cuenta con una de las colecciones de icnitas (huellas de dinosaurio) más relevantes a nivel mundial. Los yacimientos de Bretún, Villar del Río o Santa Cruz de Yanguas son algunos de los lugares donde ver cómo era el caminar de estos legendarios animales.
En Fuentes de Magaña no solo puede verse una de estas colecciones de huellas, sino que también se puede contemplar la réplica del dinosaurio más grande del mundo. Se llama Dinopincho, posiblemente el vecino hoy más conocido y antiguo de la comarca. Y es que desde 2012, este pueblo cuenta con una réplica de un apatosaurio de 32 metros de longitud y 8 metros de altura. Esta réplica, hecha a escala real, está situada en las cercanías del yacimiento de Miraflores, donde pueden verse diversas icnitas de hasta 120 cm. de longitud. Cuando los turistas se colocan delante de Dinopincho pueden hacerse una idea de la magnitud y la impresión que podría causar encontrarnos con estos enormes animales de haber coincidido con ellos en la historia del planeta.
Merinas, mesta y más
Tierras Altas es tierra de pastores y trashumantes, gentes que han vivido y siguen viviendo del mundo de la oveja y de la lana. Hablar de la trashumancia es hacerlo de un oficio en peligro de extinción y considerado Patrimonio Cultural Inmaterial.
Todos los años, esta comarca mantiene tradiciones trashumantes, como la experiencia de recibir al ganado a principios de los meses estivales tras su estancia en tierras del sur o despedirlo cuando llegan los fríos de noviembre. La experiencia de ser pastor y guiar durante unos días un rebaño de más de mil cabezas de ovejas trashumantes por la Cañada Real Soriana Oriental es de lo más recomendable. Además, la huella de la Mesta y de la trashumancia se ve en la arquitectura popular de los pueblos, en sus tradiciones y en su gastronomía. Y no hay que olvidar la visita al Museo de los Pastores en Oncala, donde se de puede estudiar y comprender cómo era este oficio antaño.
Algunos edificios
El turista completa su visita disfrutando del patrimonio cultural de la comarca, formado por pueblos con encanto, castros, castillos, iglesias y ermitas. Y dentro de la arquitectura religiosa se destacan cuatro lugares emblemáticos: la iglesia de doble ábside de Cerbón, la iglesia fortificada de Valtajeros, la Torre de Yanguas y la Colección de Tapices de la Iglesia de Oncala.
La iglesia de San Pedro Apóstol (Cerbón), población de tan solo 48 habitantes, es una joya del siglo XII, declarada Bien de Interés Cultural desde 1983. Su curiosidad y lo que la hace única y singular es su doble ábside central, dos bóvedas gemelas con ventanas de aspillera de las que los estudiosos aún no han descubierto el porqué se construyeron así.
La segunda es la iglesia fortificada de Valtajeros. Lo que más destaca de esta pequeña aldea de Tierras Altas es uno de esos edificios que vistos de lejos no sabemos si es castillo o iglesia, si es recinto fortificado o ermita singular. Es todas esas cosas a la vez, y por eso la iglesia de Valtajeros resulta única, es uno de los ejemplos de iglesia fortificada de Castilla y León. Nos encontramos con un edificio medio castillo medio ermita, con sus almenas recorriendo todo el perímetro y la saetera encima de la puerta, pero con una espadaña que sobresale y deja claro que no es fortaleza, sino lugar sacro destinado también al culto. Curioso es su ábside cuadrado, inusual en esta zona castellana. Fue construida en el siglo XII, cuando la comarca era tierra de combate y de rivalidad entre Sancho el Fuerte de Navarra y Alfonso VIII de Castilla.
La Torre de Yanguas es curiosa por ser un ejemplo del románico lombardo catalán en estas tierras castellanas, una bella torre de planta cuadrada fechada a principios del siglo XII y que formaba parte de la iglesia de San Miguel. Estaba separada del cenobio, lo que recuerda a iglesias del Pirineo catalán, cuyos habitantes pudieron repoblar estas tierras durante la reconquista. Hoy es todo un símbolo de la villa de Yanguas y del arte románico de Tierras Altas y de la provincia de Soria en general.
Y para finalizar está la iglesia de San Millán, también del siglo XVII, que custodia una colección de diez tapices flamencos de grandes dimensiones, ocho de ellos tejidos sobre cartones de Rubens y los otros dos de temática profana. Los tapices fueron donados por el arzobispo de Valencia Ximénez del Río, hijo ilustre de Oncala, y fueron confeccionados entre 1630 y 1665 en los telares de Frans Van den Hecke a petición de doña Isabel Clara Eugenia, hija de Felipe II y Gobernadora de los Países Bajos.
Se sabe que los bocetos que pintó el gran Rubens estaban pensados para acomodar las salas del Monasterio de las Descalzas Reales de Madrid, pero a final terminaron en esta iglesia de Tierras Altas de Soria.