El reggaetón lleva ya bastantes años de moda y eso no admite duda. Pero también es verdad que es un estilo de música que genera filias y fobias: hay personas a las que les encanta y otras que no lo soportan y huyen de él, aunque no siempre esto sea fácil. Porque si es tu vecino el que lo pone a todo volumen desde primera hora de la mañana y hasta la noche es complicado escapar de esa música originaria de Puerto Rico con ritmo machacón y letras bastante particulares que se ha extendido por medio mundo.

Es lo que ha tenido que aguantar un ciudadano de Buenos Aires, conocido en las redes sociales como Roni Bandini. “Tengo un vecino que suele escuchar esa música tan festiva y sincopada llamada reggaetón con un parlante (altavoz) enorme pegado a mi pared. Me consta que la gente normal tocaría el timbre y solicitaría amablemente bajar el volumen o variar gustos musicales, pero como mis habilidades sociales son inferiores a mis otras habilidades se me ocurrió la idea de fabricar una máquina con inteligencia artificial capaz de reconocer cuando suena el reggaetón en el parlante de mi vecino y atacarlo vía Bluetooth”, ha explicado en la red social X (antes Twitter).

Ha bautizado al aparato como Reggaetón Be Gone, en homenaje al TV-B-Gone, un antiguo producto electrónico que servía para apagar los televisores molestos en lugares públicos como bares o restaurantes.

En primer lugar, “para detectar reggaetón como estilo musical” descargó varios temas representativos, los manipuló de manera conveniente y los exportó a una plataforma de Inteligencia Artificial. “Si la inferencia supera un nivel de reconocimiento del 75% de certeza de que se trata del estilo favorito de mi vecino, la máquina envía múltiples peticiones y paquetes al parlante del cual tengo la dirección Mac con el fin de desconectarlo o al menos de interferir el audio”.

Como hardware, utilizó una placa Raspberry Pi3 con Bluetooth incorporado, una pantalla para mostrar las inferencias, un botón, el gabinete de un equipo de audio roto, un frente diseñado en 3D y una consola Behringer 302 con micrófono.

Bandini se defiende de antemano ante posibles acusaciones de vulnerar leyes. “Antes de que me digan algo al respecto entiendo que interferir los parlantes de un vecino podría ser ilegal, pero por otro lado escuchar reggaetón todos los días a las 9 de la mañana definitivamente debería ser ilegal”.

La máquina funcionó a medias, pero fue efectiva. “Pared de por medio, el dispositivo no llegó a desconectar su parlante, pero generó suficientes interferencias al punto en que el vecino cambió la ubicación. Definitivamente no es un éxito, pero tampoco una derrota”.

“Hay que crear una recogida de firmas para que este hombre reciba el próximo premio Nobel de la Paz”, ha reaccionado un usuario en X al conocer el invento.