EL corto estadounidense de animación In a Heartbeat es un fenómeno viral con más de 23 millones de visitas en YouTube. Este cortometraje plantea la idea del primer amor desde una perspectiva particular: la de un niño que se enamora de otro niño. La historia de amor gay entre adolescentes tiene música del español Arturo Cardelús, que explica en una entrevista con Efe que ha huido del dramatismo pero no de las “emociones”.

El compositor madrileño (1981), residente en Los Ángeles, que ya ha compuesto otras bandas sonoras como las de la serie Call Me Francesco, es el autor de la música de este corto animado de cuatro minutos que han dirigido el mexicano Esteban Bravo y la estadounidense Beth David. In a Heartbeat, culminación de sus cuatro años de estudio en el Ringling College of Art + Design, se financió gracias a una campaña de crowdfunding que consiguió más de 14.000 dólares en 30 días y cuenta la historia, sin palabras, de Jonathan y Sherwin, dos adolescentes compañeros de clase. Sherwin nota que su corazón se acelera al ver a Jonathan y es tan fuerte el latido que su corazón termina saliendo de su pecho para alcanzar al chico de sus sueños. “Nos esperábamos que iba a tener una cierta repercusión por el tema, pero no nos imaginábamos esto, la verdad”, reconoce el compositor y pianista sobre la historia.

Está “muy contento” con el resultado porque, dice, es un corto “muy bueno” aunque “está claro que por el tema gay se ha hecho mucho más viral”. Con un tono “muy Disney”, “puro e inocente”, In a Heartbeat habla del recurrente tema del amor, pero lo que “más le gusta” a Cardelús es que lo hace de una forma “muy poco sexualizada”: “Es como muy inocente, casi platónico. Pero lo que hace que se haya hecho tan popular es que son dos niños”, opina. Le llamó “muchísimo la atención” desde el principio un proyecto que prácticamente nunca se ha representado en animación, el del amor entre personas del mismo sexo, “y menos en la adolescencia”. “Me dijeron que iba a ser animación y que no iba a tener diálogo. Y yo no había hecho animación antes y tampoco había trabajado con algo sin diálogo y me apetecía muchísimo”, reconoce.

En In a Heartbeat quisieron dividir la música en dos partes. En la primera, explica, “sigue el ánimo del corazón y es ligera, cargada de aventura. El carácter del corazón es muy alegre, sin ningún miedo, lleno de energía”. “Y luego cuando entran en el instituto y Jonathan se da cuenta de los sentimientos de Sherwin, entonces cambia completamente y vuelve mucho más emocional, más introspectiva”, continúa Cardelús. Lo más complicado de musicalizar fue, precisamente, “encontrar el tono”: “Sobre todo en la segunda parte hicimos muchas pruebas y al principio nos pasábamos de drama. Era demasiado dramático. Nos costó mucho encontrar un tono que fuese emotivo pero sin caer en el drama”. “A mí -prosigue- me pidieron hacer una música emocional pero que no se pasase de dramática. Porque la idea es que el corto en general fuese ligero, inocente, pero no dramático ni deprimente. No querían que fuese una cosa depresiva al final”. Cree que lo han conseguido lo mismo que han logrado que “mucha gente llore al final” y “disparar” las emociones. Gran parte del éxito de este corto radica en que nunca antes había existido esta aproximación al tema de la homosexualidad en cortometrajes infantiles.

Disney La normalización de las parejas LGTB ha llegado ya a más productos para niños. Es el caso de la serie Doctora Juguetes, protagonizada por una niña que se dedica a curar las heridas de sus muñecos y que en uno de sus últimos episodios ha incluido una familia formada por una pareja interracial de lesbianas, una mujer blanca y otra negra, y sus dos hijos. Para poner voz a estos personajes en el episodio titulado The emergency plan -emitido hace poco en EE.UU.-, Disney ha elegido a dos actrices que forman parte del colectivo LGTB, Wanda Sykes y Portia de Rossi. Doctora Juguetes, dirigida a un target desde los dos hasta los ocho años, se ha convertido en la primera serie de animación que muestra una relación y una familia así.