LONDRES. Este lunes -festivo en el Reino Unido- es el día reservado a los adultos y pone el broche final del festival callejero más grande de Europa, que este año cumple su 50 aniversario y que ayer celebró su Carnaval de los niños.
Desde primera hora de la mañana, bailarines vestidos con minúsculos trajes pero de vistosos colores y complementos han tomado las calles de la popular colina al oeste de Londres.
Su objetivo es hacer que todos los asistentes muevan las caderas al ritmo de la percusión y de los silbatos.
La cabalgata, en la que también participan fulgurantes carrozas, recorre hoy alrededor de 5,6 kilómetros.
Este concurrido festival cuenta con cerca de 40 sistemas de sonido y 70 escenarios, donde desde primera hora suena tanto la música tradicional del carnaval afrocaribeño -el calipso, la soca o el reggae- como la salsa o el hip-hop.
Simon Jordan, una bailarina que lleva moviendo sus caderas en el carnaval desde 2002 y que este año forma parte de una de las 60 bandas de la cabalgata, comentó hoy que "lo mejor del carnaval es la libertad que se siente al bailar en el desfile".
"Hay una gran atmósfera, es una ocasión en la que todos nos juntamos, sin importar de dónde seamos, para divertirnos", dijo otra de las participantes, Nicole Callaste, una británica de orígenes caribeños.
Esa mujer añadió que había "esperado un año entero" y que éste "es el momento para disfrutar y pasarlo bien".
Además del ritmo musical y el color, la seguridad ha vuelto este año a estar presente en el evento con un amplio despliegue de las fuerzas del orden.
Por su parte, Scotland Yard reveló que solo en la jornada de ayer los agentes arrestaron a 47 personas "por diversos delitos", entre ellos dos agresiones sexuales, y otros relacionados con drogas y posesión de armas.
Para la jornada de adultos, la Policía Metropolitana de Londres ha desplegado hoy alrededor de 7.000 agentes, y durante los días previos al carnaval llevó a cabo una operación especial en la que se efectuaron 215 arrestos.
Durante esta edición, la MET ha aplicado un nuevo sistema de reconocimiento facial.
Esa tecnología escanea las caras de los viandantes gracias a las cámaras de seguridad y conecta las imágenes con una base de datos en la que están los retratos de aquellos individuos que tienen la entrada vetada, así como de aquellas personas que son buscadas por la policía.
La comida es otro de los elementos principales del evento, y buena prueba de ello la constituyen los alrededor de 300 puestos que inundan de aromas las transitadas calles del barrio.
Tiara Davis, una vecina de Notting Hill, indicó que le encanta poder comer "Jerk chicken" -pollo picante típico en la gastronomía jamaicana- con arroz en cada esquina durante estos días.
Esa residente admitió también que le disgusta que el carnaval tenga lugar en su vecindario pues "es como si viniese un huracán".
Como parte del despliegue policial, los vecinos tienen que sellar las casas con láminas de madera para protegerlas y solo pueden acceder a sus calles con un documento especial.
Durante los días previos a la fiesta, "los agentes van casa por casa para comprobar que todo está en regla y retiran los cubos de basura de las calles por razones de seguridad", comentó.
El origen de esta fiesta se remonta a 1833, cuando se produjeron las primeras manifestaciones callejeras de júbilo en la isla de Trinidad con motivo de la abolición de la esclavitud.
La población negra tomó entonces las calles para celebrar su carnaval con música, danza y vestidos, con lo que dio comienzo a una tradición que se fue consolidando con el tiempo.