BILBAO. Dicen que es usted ‘pionero del 2.5’.

-Todo empezó con cierto evento con cierta mujer que todavía recuerdan mis seguidores más antiguos. Axel Torres, describiendo mi actividad tuitera, dijo que ya había superado el 2.0 porque había sido capaz de unir las redes sociales con la vida real.

¿De dónde saca un barman 2.000 seguidores en Twitter?

-En 2010 en Twitter solo estábamos cuatro y el del tambor. En aquella época yo veía mucho fútbol internacional. El que es friki, es friki. Si ves partidos a las 2.00 de la mañana, no de la Copa Libertadores, sino de la Liga Postobón, terminas llamando la atención.

¿Invita a cañas a sus ‘followers’?

-Las he ofertado. Muchas veces he tuiteado que me tocaba trabajar, que no iba a saber lo que estaba haciendo el Athletic y que, si alguien se pasaba por la barra a decirme el resultado, yo le invitaba a un zurito. ¡Y han venido!

Usted portó la antorcha olímpica.

-Sí, en los Juegos Olímpicos de 2004. Me seleccionaron por un trabajo solidario que había hecho y la llevé durante 400 metros en Barcelona. Tengo la antorcha y es mi bien más preciado.

¿Dónde hay más temas tabúes, en la barra o en Twitter?

-Claramente en la barra del bar. En Twitter, si te da igual que el que piense distinto a ti te pueda contestar de mala manera, dices lo que quieras. En la barra del bar te debes a tu empresa y tus ideas las tienes que dejar a un lado. Si estás hablando con un cliente que te cuenta una milonga con la que no estás de acuerdo, asientes con la cabeza y dices “sí, sí, claro, claro?”.

¿Los bilbainos ligan en Twitter?

-Si vamos fuera, sí. ¡Seguro! Pero dentro de Bilbao, no. Da igual el número de followers que tengas, sigues siendo de Bilbao y las mujeres, también.

¿Los parroquianos de su bar conocen su doble vida en las redes?

-Mi identidad virtual está bastante oculta. En el trabajo solo la conocen cuatro o cinco de los cuarenta que somos. Sí hay seis o siete clientes fieles que saben de mí, me siguen e incluso me escriben. Algunas veces me viene alguno preguntando si soy yo el Erramun de Twitter y me dice cuál es su nombre de usuario. Claro, no puedes decirle que no sabes quién es.

También es tertuliano en la radio. ¡Es un generador de opinión!

-No lo voy a negar. La gente está por la labor de escuchar mis opiniones. Ven que tengo tirón al estar en la radio y tratar en el trabajo con gente importante de la ciudad. Tenemos clientes de relumbrón. ¡Y en Twitter mis followers también son de nivel!

¿Qué es lo más surrealista que ha vivido por culpa de Twitter?

-De madrugada me vino un tipo por la espalda y me preguntó si era Erramun. Para él yo era un mito, historia de Twitter. Me impactó. Siempre digo que me debo a mis followers. Lo que me pidan, yo se lo doy. Si tengo que sortear mi carné del Bilbao Basket o del Athletic para que alguien ocupe mi asiento porque yo no puedo ir ese día, lo hago. Si un follower me pide para salir de fiesta un martes cualquiera por la noche bilbaína, salgo de casa, le acompaño, me tomo cinco kalimotxos y me vuelvo a casita.