Las campanas de la catedral de Girona dejan de sonar por las quejas de un hotel
Algunos vecinos se han mostrado contrarios a la medida adoptada
GIRONA. Los dueños del establecimiento, el Hotel Històric, transmitieron las molestias inicialmente al organismo gestor del edificio eclesiástico, el Capítulo de la Catedral, sin obtener una respuesta que les pareciera una solución.
Las quejas a los diferentes gobiernos municipales tampoco prosperaron hasta que el hasta hace poco alcalde de la ciudad y actual presidente de la Generalitat, Carles Puigdemont, medió en el asunto y se aplicó la normativa de ruidos en la vía pública.
Esta decisión ha conllevado que se silencien las campanas desde la medianoche hasta las 06:45 horas y se acabe así con las protestas de los clientes del hotel que, según sus propietarios, eran continuas y habían conllevado incluso anulaciones de noches reservadas tras dormir una noche en el establecimiento.
Puigdemont se reunió varias veces con los responsables de la catedral y los vecinos y, tras comprobar que no se podía amortiguar el sonido para reducir su impacto nocturno, se decidió aplicar la ordenanza de ruidos en la vía pública.
Pese a la oposición del Capítulo de la Catedral, que intentaba mantener una tradición, el pasado día de Reyes fue el último en que sonaron las campanas antes de acatar la normativa.
Algunos vecinos se han mostrado contrarios a la medida adoptada, aunque otros templos han pasado por situaciones similares, uno de los últimos la iglesia del municipio gerundense de Begur, donde el año pasado dejaron de darse los cuartos y las horas en horario nocturno por las quejas de los clientes de un hotel.
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