Washington
fueron inquilinos de la Casa Blanca, redactaron leyes en el Congreso, fundaron los Juegos Olímpicos Especiales y ejercieron como embajadores. Pero la historia de los Kennedy es también la de asesinatos, fatales accidentes de avión, abuso de drogas, escándalos y paparazzi. Y es que durante más de medio siglo, esta dinastía de demócratas incondicionales ha sido para Estados Unidos lo más parecido a una familia real.
Cincuenta años después de que su más famoso representante, el presidente John F. Kennedy, perdiera la vida el 22 de noviembre de 1963 en Dallas víctima de un francotirador, pocos llegan a su altura. Pero su apellido sigue siendo icónico.
Caroline Kennedy, la única superviviente de la familia formada por el presidente y Jacqueline Kennedy, pasó su infancia en la Casa Blanca. Tras décadas manteniendo un perfil bajo, en 2008 apoyó a Barack Obama en su lucha por la candidatura demócrata a la presidencia. Lo hizo junto a su tío, el que después se convertiría en senador Edward Ted Kennedy.
"Ser bendecido por la familia Kennedy fue clave en la campaña de Obama", dijo a Dpa el profesor Allan Lichtman, de la American University. Actualmente Caroline Kennedy es embajadora de Estados Unidos ante Japón y a sus 56 años, es el miembro de más alto perfil entre los nuevos Kennedy.
En 2010, los problemas de Patrick Kennedy con las drogas y su consiguiente dimisión como congresista pusieron fin a 63 años en los que los Kennedy habían ocupado algún cargo público electo a nivel federal o estatal.
Sus adicciones Daniel West, del think tank Brookings Institution, calculó una vez que un cuarto de los casi 30 Kennedys que conforman la generación de Caroline -nietos del acaudalado patriarca Joseph Kennedy Senior- se han sometido a tratamiento por abuso de drogas o alcohol. Unas cifras "muy por encima de la media", afirmó.
"Pese a todo el glamour asociado a la familia, parece que no es fácil, a nivel psicológico o emocional, ser un Kennedy", escribió West tras la dimisión de Patrick Kennedy.
La siguiente generación tomó el relevo en 2012 cuando Joseph Kennedy III, nieto del asesinado Robert Kennedy, obtuvo un escaño en el Congreso por Massachusetts. No obstante, "es obvio que actualmente la influencia de los Kennedy ha disminuido en gran medida, pues ningún miembro de la familia ocupa un cargo mayor", apunta Lichtman, toda una autoridad en historia presidencial.
La tragedia que se cierne sobre la dinastía se remonta a Joseph Senior y Rose Kennedy. De sus nueve hijos, el presidente Kennedy y su hermano Robert (que era fiscal general), fueron asesinados. Otros dos murieron a edades tempranas en accidentes de avión y Rose padeció toda su vida trastornos mentales y fue recluida en una institución después de que se le practicara una lobotomía.
más desgracias También el presidente Kennedy y Jackie perdieron a dos hijos: uno nació muerto y el otro a causa del síndrome de la muerte súbita del bebé. John, el hermano menor de Caroline, murió en 1999 en un accidente de avión. David, uno de los 11 hijos de Robert, murió a causa de una sobredosis en 1984 y otro perdió la vida en un accidente de esquí en 1997.
Sin embargo, pese a todas las pérdidas el clan Kennedy ha seguido aportando numerosos miembros a la Historia. Ninguna otra familia política, ya sean los Adams, los Taft, los Bush o los Clinton, "alcanzan el nivel de los Kennedy en la memoria y la mitología estadounidense", sostiene Lichtman. Cabe destacar los 47 años de servicio en el Senado de Ted Kennedy, hermano del presidente. Pese a varios escándalos personales, los votantes siguieron apoyándolo para que impulsara reformas en ámbitos como la sanidad, los derechos civiles y la educación. Según Lichtman, Ted Kennedy es "el senador más importante de la última etapa del siglo XX".
Inspirada por la lucha de su hermana Rose, Eunice Shriver -hermana del presidente Kennedy- fundó la organización Special Olympics, que organiza los Juegos Olímpicos Especiales para personas con problemas mentales. Cuatro de sus cinco hijos continúan con su trabajo, entre ellos María Shriver, prestigiosa periodista y exmujer del exgobernador de California Arnold Schwarzenegger.
Entre los miembros de la nueva generación Kennedy hay también ecologistas y activistas de los derechos humanos, un físico que lucha contra las minas antipersona y un abogado que defiende la causa del agua limpia. También hay periodistas y documentalistas, pero muy pocos se han dedicado al mundo de los negocios.
"Todos ellos podrían haber vivido cómodamente. Era una familia con muchísimo dinero", señala Lichtman. "No tenían que hacer nada de esto. Pero su vocación pública se extiende a lo largo de generaciones."