Bilbao. BIENAVENTURADOS los amantes de los fuegos artificiales porque, cuando dejen este mundo, podrán hacerlo de forma atronadora y desbordando los cielos con las formas y colores que habitualmente inundan el firmamento en tiempos festivos. Todo, gracias a una particular experiencia post mórtem que una funeraria valenciana pone al servicio de los familiares para convertir también en una celebración la despedida del ser querido, como si de una mascletá se tratase.

El servicio de disparo de una carcasa con las cenizas del difunto es tan solo uno de los nuevos ritos funerarios que están proliferando en la actualidad, una original forma de despedida que tiene una gran aceptación sobre todo en las zonas del Mediterráneo donde la pólvora y los fuegos artificiales tienen gran relevancia. No en vano, la pirotecnia encargada de prender la mecha también es valenciana y bien conocida por estas tierras.

De hecho, Europlá cerró las programaciones festivas en Bilbao y Donostia este año. En el primero de los casos, la lluvia no logró deslucir el espectáculo y todavía se recuerdan los dos minutos largos de traca final. A pesar de ser de exhibición, cuentan las crónicas que estuvo por encima de otras casas que lanzaron en la última Aste Nagusia. Y en Donostia, una semana antes, pusieron el broche a la 50ª edición del concurso internacional con un impresionante montaje piromusical.

Es por ello que la preparación técnica cuenta con la experiencia de esta empresa que desde 1977 está especializada en la fabricación y disparo de toda clase de fuegos artificiales. Así, indicaban desde esta firma, "el disparo de la carcasa con las cenizas del difunto es una alternativa que cuenta con todos los permisos legales y se convierte en un ritual de homenaje póstumo a la persona fallecida". La preparación de la carcasa se lleva a cabo introduciendo la carga explosiva en el interior de la misma. Justo en el centro es donde se sitúan las cenizas, embolsadas y con un código QR que permite su correcta identificación. Ese mismo código también se coloca en la parte exterior de la carcasa, una vez cerrada la misma y tras añadírsele la mecha que permitirá el disparo.

Posteriormente los profesionales pirotécnicos se desplazan hasta el escenario elegido, generalmente un espacio abierto que guarda una estrecha vinculación con el pasado del difunto. Allí, como culminación del acto de homenaje y despedida se dispara al cielo. El lanzamiento cuenta con todos los permisos legales puesto que la empresa www.lapidasparanichos.com es la que se responsabiliza de todas las gestiones oportunas para llevar a cabo este tipo de acto funerario.