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Concejala sí, pero sin derecho a voto

Ángela Bachiller se convirtió ayer en la primera edil con síndrome de Down del Estado español tras jurar su cargo en Valladolid Su discapacidad le impide, no obstante, ejercer su derecho al sufragio

Concejala sí, pero sin derecho a votoEFE

Bilbao

LA primera concejala con síndrome de Down del Estado juró ayer su cargo en un pleno extraordinario celebrado en el Ayuntamiento de Valladolid. Ángela Bachiller Guerra representa un ejemplo de superación y su caso ha levantado una expectación general por su "valentía" y sus 30 años de lucha por la normalización e integración de este colectivo. Y es que, a pesar de que Ángela puede concurrir a unas elecciones y asumir su cargo de concejala, no puede votar por su discapacidad. La Constitución recoge que todos los mayores de edad tienen este derecho, incluso los que no saben leer o escribir. Pero en el caso de las personas con síndrome de Down son los jueces quienes tienen que valorar si tienen capacidad para ejercer el sufragio. Por este motivo, Isabel Guerra, madre de la nueva edil, indicaba ayer que el nombramiento supone una reivindicación "importante" pero "no solo de su derecho al voto, sino de todos sus derechos", como "el derecho a tener una vida independiente, a vestir estupendamente bien o a poder tener una cuenta bancaria".

Ángela, antes de asumir el cargo, ocupaba el puesto 18 en las listas del PP al Ayuntamiento vallisoletano y ejercía como auxiliar administrativa. El alcalde de Valladolid, Javier León, explicó que "solo se han corrido las listas", y aseguró que "no ascender" al puesto a Bachiller "habría sido un fraude electoral". Además, indicó que la concejala "no tendrá responsabilidades de gobierno ya que solo siete concejales y el alcalde las tienen".

Al término del pleno, la nueva edil, acompañada por el alcalde de Valladolid, agradecía la "confianza" de todos los que han hecho posible este hecho, ejemplo de integración social. Debido a la emoción del momento, Ángela no pudo decir nada más. Su madre, en cambio, se mostró orgullosa "por su valentía" y "por no tirar la toalla en lo que hace", aunque reconoció que nunca se imaginó que llegaría a ese cargo. Isabel Guerra explicó que la fórmula para que su hija haya llegado hasta este puesto "ha sido mucho amor, mucha disciplina, mucho trabajo y una vida normalizada del todo", dándole la mismas posibilidades que a su otra hija. Así la madre, que describió a Ángela como una edil "preparada", "educada" y "discreta", le deseó que aprenda y disfrute de estos años en el cargo, y que "lo que ahora se ve como extraordinario pase a lo normal y descubran que puede aportar muchísimo".

Asimismo, Ángela reconoció que la política le gusta, sobre todo, "por la visibilidad de la normalidad", aunque a su madre le confesó que ya le dirá lo que opina cuando pasen dos años. Hasta ahora ha estado rodeada de sus padres, su hermana, sus abuelos asturianos, sus compañeros de la Asociación de Síndrome de Down y su profesora durante 19 años, Memé González, quien destacó su perfeccionismo, su vitalidad, su alegría y su actividad. Su familia "ha luchado desde el minuto uno en el que nació", manifestó su madre a los medios de comunicación, quien en el momento de traerla al mundo se dijo que se daba "un día para llorar y una vida entera para trabajar".

Derecho a voto En la mayoría de ocasiones, los tutores de los discapacitados solicitan la incapacidad parcial de los afectados para evitar estafas como por ejemplo en asuntos patrimoniales. En las resoluciones dictadas, los jueces solían incluir la incapacidad automáticamente, por lo que muchos discapacitados se han visto obligados a recurrirlas para poder gozar del derecho al voto, un recurso que no se concede en las todas ocasiones. La ONU, en las observaciones del comité internacional sobre seguimiento de la Convención sobre los derechos de las personas con discapacidad, recomienda al Estado español que "revise la documentación pertinente para que todas las personas con discapacidad tengan derecho a votar".