Núria y Marta se independizan

Núria y Marta nacieron hace siete meses unidas por el abdomen y compartiendo el hígado. Pero su vida como siamesas terminó el pasado 27 de febrero cuando fueron operadas y separadas con éxito por un equipo médico del hospital del Vall d'Hebron de Barcelona. La operación, que duró cerca de siete horas, ha permitido que las niñas lleven a cabo actualmente una "vida independiente y normal".

"Ya son niñas con vidas individuales y no han tenido, ni se espera que tengan, ninguna complicación en el futuro", señaló ayer el codirector del programa de cirugía fetal del Vall d'Hebron, José Luis Peiró. La intervención quirúrgica, en la que participaron una treintena de profesionales, tuvo como principales complicaciones la división del hígado y el cierre de la piel y el tejido muscular en la zona en la que se hizo la separación.

Los médicos hicieron una referencia al impacto psicológico y emocional que la separación tiene para las pequeñas que, tras casi siete meses mirándose frente a frente, a menudo lloran cuando una permanece de espaldas a la otra.

"más contentas" La madre de las pequeñas, Meritxell Feliu, explicó ayer que la malformación se detectó en la primera ecografía de las 12 semanas, y pese a que el centro no le garantizó totalmente el éxito de la intervención, puso todos los medios técnicos para ello. Acompañada de la abuela de las pequeñas, la madre, actualmente en el paro, dijo que ahora las niñas se encuentran "más contentas" por poder moverse con independencia, aunque se necesitan mucho.

Meritxell calificó de "milagro" la operación y destacó que las niñas están "perfectamente". "Los primeros días se echaban de menos pero ahora ya no tanto, Marta busca pero Núria parece que ya no quiere estar tanto a su lado, como queriendo decir: Ya he estado mucho tiempo a tu lado, ahora déjame sola", explicó la madre. Meritxell confesó que desde el primer momento cuando estaba en casa sentía que tenía a dos niñas, pero cuando salía a la calle solo sentía que tenía a dos siamesas.