Los hechos sucedieron el domingo 11 de diciembre, cuando Isabel Pantoja llegó al aeropuerto de Loiu para volar a Madrid.

Como todos los pasajeros que van a subir a un avión, tuvo que pasar el control de seguridad y fue en esa zona donde se armó el Belén. Los auxiliares del aeródromo le comentaron que se tenía que descalzar y ponerse una pantuflas de plástico para que no pitara el arco de seguridad.

Según fuentes del aeropuerto, la tonadillera comentó -no se sabe si fue en tono irónico o serio- “¿estarán limpias, no?”, en referencia a las bolsas que le ofrecieron. También agregaron que Isabel Pantoja mostró durante ese tiempo un comportamiento bastante “impertinente”.

En ese momento, uno de los pasajeros que aguardaba en la fila le comentó a uno de los auxiliares “lo que tenéis que aguantar”, a lo que este respondió en un tono jocoso: “si yo te contara de las folclóricas...”.

A partir de ahí, se organizó todo el revuelo. La asistente de la cantante oyó el comentario y se dirigió al trabajador y al pasajero diciéndoles que “no sabían con quién se metían”.

La tonadillera dio muestras de su nerviosismo interviniendo también en la trifulca a la que se unió su hijo Kiko. Lo que sí aclararon las fuentes del aeropuerto fue que nadie llamó a la sevillana “tonadillera española de mierda” y que esa expresión no se oyó el domingo en La Paloma.

Tras la discusión, Isabel Pantoja se dirigió a las dependencias de la Guardia Civil para interponer la denuncia por supuestas injurias.

La incomparecencia de Isabel Pantoja en el juzgado ha hecho que la Audiencia de Bilbao le condene a pagar las costas.