Este año, y tras la reciente subida del IVA, la vuelta al cole se presenta más cuesta arriba que nunca. Tanto, como afrontar un ochomil con el fondo físico de un dominguero, cuyo mayor reto montañístico haya sido hollar el merendero de Artxanda a bordo de su utilitario (con o sin tracción a las cuatro ruedas). Las familias con hijos en edad escolar pueden lanzarse a la tarea a pelo y en octubre cruzar los dedos frente al recibo del banco, o tener en cuenta las 4 R (reducir, reciclar, reutilizar y reparar). Vamos, lo que en términos de economía doméstica se traduce como: nada de marcas; sacarle los bajos a la ropa de temporadas pasadas; reforrar los libros prestados y/o heredados; y arreglar ese compás despuntado. Esta es, al menos, la recomendación lanzada ayer por la Confederación de Consumidores y Usuarios (CECU), que ha advertido de que el incremento del IVA se dejará notar en el comienzo del curso 2010-2011, con un aumento relativo del gasto por estudiante. Un consejo: es básico hacer una lista de las necesidades reales derivadas de la vuelta al cole.
La subida del impuesto indirecto puede afectar a los uniformes, el material escolar, las matriculaciones, mensualidades y al autobús, un sector que -además- este año se ve afectado por un encarecimiento extra de más del 6% debido al alza del precio del combustible. A la lista se une el encarecimiento de la enseñanza del 2,6% respecto a 2009. Únicamente los libros se libran de una escalada de precios que parece no menguar nunca, ya que se les aplica un IVA superreducido. Así, según la estimación de gasto realizada por la CECU, para el alumnado de la red pública el gasto rondará los 530 euros de media, una cifra que se reduce cuanto menor sea el niño. En este caso, los libros, la ropa y el calzado suponen el grueso del gasto. Un desembolso que se dispara entre las familias cuyos hijos e hijas estudian en centros concertados (880 euros de media) y los más de 1.250 euros de los centros privados. Eso sin contar mensualidades.
Para tratar de reducir estos elevados gastos, CECU aconseja a las familias "que se informen de los sistemas de ayudas para libros que dan tanto las distintas comunidades autónomas como los ayuntamientos o la Administración estatal". Además, para el gasto en ropa, "los últimos días de agosto son un buen momento para aprovechar el tramo final de las rebajas y comprar prendas y calzado con importantes descuentos", apunta.
Al margen de aprovechar la txanpa final de las rebajas de verano, es fundamental no sucumbir ante el capricho del niño de tener la mochila con su héroe favorito o cantante de moda. Para ello sería interesante hacerle partícipe del valor de las cosas, de que hay que cuidarlas y ayudarle a distinguir entre lo necesario y lo superfluo. Un criterio que, por desgracia, no se puede aplicar a la vuelta al cole. No en vano, este ritual es tan inapelable como que para escalar un ochomil hay que tener la forma de gigantes como los Oiarzabal o las Pasaban.