La Guerra Civil española fue una de las épocas más oscuras y violentas en Euskal Herria. El dolor, el miedo, la sangre y la violencia reinaban en un país en el que miles de niños y niñas soñaban con jugar y ser felices. No eran conscientes de lo que había fuera, ni de lo que tenían que sufrir a diario sus padres. Ante la inocencia de aquellos jóvenes, la mejor y única manera de tener un futuro era enviarles a un lugar seguro, un acto igual de desgarrador que valiente

Muchos niños y niñas vascas dejaron atrás sus raíces por lugares como Francia, Catalunya, Gran Bretaña, Unión Soviética, Bélgica o, incluso, América Latina (México, Chile, Argentina, Venezuela o Uruguay). Los pasos de muchos y muchas se borraron por el camino y jamás volvieron a Euskal Herria, mientras que otros más afortunados pudieron retomar sus vidas en el lugar que los vio crecer. La memoria de esos que jamás volvieron merece ser recordada, recreada y reconocida, sobre todo, por y para las familias. Se merecen que se conozca su realidad y se reconozca el sufrimiento que padecieron.

Intxorta 1937 Kultur etxea

En ello está la asociación Intxorta 1937 Kultur Elkartea, cuyo objetivo es el mismo desde 1986, año en el que empezaron a trabajar en el ámbito de la memoria: recuperar el nombre de las personas reprimidas pasando de la niebla de la memoria y de las profundidades del olvido a la luz de la historia del conocimiento y el reconocimiento. Desde septiembre de 1989 lo están haciendo con los niños y niñas de la Guerra Civil. 

Una de las consecuencias más dramáticas de la violencia indiscriminada de los golpistas ante la II. República Española fue contra la población civil. Durante los meses de marzo a julio de 1937, los bombardeos en localidades como Elgeta, Eibar, Elorrio, Durango, Bilbao o Gernika empujaron a muchos padres y madres a tomar una decisión muy dura: tener que enviar a sus hijos e hijas al exilio.

Se habla de que entre julio de 1936 y agosto de 1937 cerca de 30.000 niños y niñas vascas tuvieron que abandonar su casa y su familia para evitar la guerra, aunque tal y como declara Juan Ramón Garai, miembro de Intxorta 1937 Kultur Elkartea, “creemos que esa cifra se acerca más a 35.000”. 

Aunque en los registros figuran que eran de Bilbao, la realidad es que muchos eran guipuzcoanos, alaveses o navarros, ya que mucha gente se escapaba al extranjero desde la capital vizcaina. “Nosotros no buscábamos niños guipuzcoanos que habían ido a Reino Unido, y resulta que hemos encontrado a 350. Es porque no figuraba el lugar exacto de su origen”. Muchos guipuzcoanos salieron del territorio en 1936 en dirección a Bilbao cuando los nacionales tomaron Donostia y, en junio del año siguiente, cuando Bilbao cayó en manos de los golpistas, se exiliaron. Gracias a varias labores de investigación que ha llevado a cabo esta asociación, se sabe que unos 10.500 guipuzcoanos menores de 17 años fueron al exilio durante la guerra.

Algunos volvieron al lugar del que jamás debieron salir, pero otros, en cambio, se quedaron en el país de acogida. Uno de esos territorios fue Gran Bretaña, donde se agruparon en decenas de colonias. Eso sí, el gobierno británico no ayudó en la manutención de los jóvenes, y fueron los sindicatos de mineros y otros grupos de ayuda los que se encargaron de su cuidado. 

‘Orratz begia’

Una de esas colonias fue la de Sketty Park, en Swansea (Gales). La gran novedad y uno de los alicientes de este proyecto es que se han encontrado fotografías y datos personales de 80 menores de entre siete y quince años exiliados en esa colonia. Pero hay un problema: no se sabe qué nombre corresponde a cada foto. Hay una fotografía donde aparecen los 80 jóvenes y otro documento en el que figuran sus nombres y apellidos. Por ello, el objetivo es relacionarlos con la ayuda de los y las ciudadanas vascas.

El objetivo, ahora, es relacionar cada rostro con un nombre y recuperar, así, su identidad Intxorta 1937 Kultur Etxea

Este material estuvo expuesto en el Instituto Cervantes de Manchester y, para tratar de relacionar los nombres con las fotos, Intxorta 1937 Kultur Etxea llevará a cabo una exposición llamada Orratz begia (El ojo de la aguja) y que se estrenará en el claustro de Kulturate de Arrasate el 19 de septiembre. Ese mismo día también se presentará un libro-catálogo.

Este trabajo es el resultado de los talleres realizados en septiembre del año pasado en Arrasate con cerca de cien niños y niñas de la guerra y sus descendientes con la colaboración de The Association for the UK Basque Children (Asociación para los niños y niñas vascas de Reino Unido) y el equipo Memory As Transgenerational Care (La memoria como cuidado transgeneracional) con Mónica Jato, profesora de la Universidad de Birmingham, como comisaria. A excepción de siete personas, el resto volvió a Euskal Herria tras finalizar la guerra.

Además de las 80 fotografías que necesitarán de la colaboración ciudadana para tratar de descifrar la identidad de cada persona, se dará a conocer un libro que recoge la síntesis de los talleres, las obras que se van a exponer, el trabajo de investigación realizado sobre los niños exiliados de Gipuzkoa, extractos de las entrevistas realizadas y varios centenares de fotos de jóvenes que huyeron a otros países.

Este proyecto subvencionado por la Diputación Foral de Gipuzkoa y el Ayuntamiento de Arrasate se presentará en una rueda de prensa a principios de septiembre en la Diputación. En él se explicará el contenido de la exposición y del libro-catálogo. En todo ello han formado parte Judith Martínez Estrada, una artista afincada en Australia; José Calvimontes Barrientos, alumno becado en la Universidad de Birmingham; el escritor Joseba Sarrionaindia y la música Ines Osinaga; el historiador Josu Chueca Intxusta; los fotógrafos Mauro Saravia Belles, Juan Luis Elizaran, Josefe Díaz de Tuesta y Saioa Ugarteburu; y Josuren Murgizu, Itziar Bastarrika y Nerea Villa, que han recogido los testimonios de decenas de personas que pueden transmitir su experiencia en el exilio.

El objetivo de la asociación está puesto ahora en tratar de relacionar cada nombre con su respectiva fotografía. Para ello, se ha puesto a disposición de la ciudadanía el correo electrónico intxorta1937@gmail.com.