Espoleado tras haber sorteado un match ball con el acuerdo alcanzado con Junts y ERC para aprobar la ley de amnistía en la Comisión de Justicia del Congreso, el horizonte del presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, está mucho más despejado que hace algunas jornadas. Con Moncloa mirando a una legislatura que auguran “larga”, Sánchez no dudó en sacar pecho ayer, en el transcurso de su visita oficial a Chile al advertir a sus adversarios políticos de que “hay Gobierno para rato”. “Habrá cuarto años más de Gobierno de coalición progresista”, recalcó un presidente que ayer se mostró triunfalista.

Lejos de pensar que la ley de amnistía tan solo es una contrapartida hacia el soberanismo catalán, tal y como le censuran desde el PP, Sánchez considera que es hora de ir limando asperezas con el independentismo y comenzar a restañar heridas. Así, reclamó a los ciudadanos críticos con el perdón a los procesados en el procés a que “confíen” en los efectos benéficos que a su juicio tendrá la norma. El siguiente paso en los planes del presidente pasa por encandilar a los partidos políticos que le dieron el sí para llegar a la Moncloa –Sumar, ERC, Junts, PNV, EH Bildu, BNG y Coalición Canaria– para ir perfilando los Presupuestos Generales del Estado para este año 2024. Aún sin fecha en el calendario –Sánchez prefirió no adelantar la fecha en las que lo presentará–, lo cierto es que el líder del PSOE va viendo el sol entre los negros nubarrones que se cernían sobre su figura si no sacaba adelante la ley de amnistía, hecho que finalmente ha logrado.

Sánchez no dudó en lanzar una advertencia en dirección a un bloque de derechas –PP y Vox, más concretamente– cuya presión sigue siendo inmutable y en numerosos frentes –política, jurídica y social–, y que previsiblemente subirá de temperatura durante las próximas semanas. “Yo lo siento mucho por la oposición en mi país, pero los españoles y españolas hablaron el pasado 23 de julio y dijeron dos cosas, una que querían un gobierno progresista cuatro años más y que no querían un gobierno de coalición, a mi juicio reaccionaria, entre el Partido Popular y Vox”, incidió. En todo caso, el presidente del Gobierno es consciente de que las aprobación de la ley de amnistía ha generado ampollar en ciertos sectores de la sociedad española, si bien confía en que puedan sanarse. Sánchez afirmó entender que “puedan ver con dudas” la normativa, si bien llamó a los que mantiene una postura en contra a “que confíen en esta medida porque va a ser beneficiosa para la reconciliación y va a ser fundamental para garantizar la prosperidad económica”.

Además de los del presente año, Sánchez ahondó en que quiere sacar adelante los presupuestos de años venideros. “Queremos aprobar los presupuestos generales del Estado en el año 2024 y queremos aprobar también los del año 2025 y aspiramos a aprobar los del año 2026”, abundó. No en vano, abría mucha tarea por delante para poner en marcha ya la “agenda progresista” a la que se comprometió a establecer en las pasadas elecciones generales, con medidas como la subida del salario mínimo interprofesional, la revalorización de las pensiones, la ley de paridad y este mismo viernes la ley contra la trata de seres humanos.

En ese camino, su Ejecutivo –formado en coalición unto a Sumar– aboga de manera decidida de su Gobierno por la “reconciliación” y la “convivencia” con medidas como la ley de amnistía, cuyo objetivo, resaltó es “superar las consecuencias judiciales” de la crisis que vivió Catalunya en 2017 con el referéndum de independencia. Y es que, pese a que el PP se sienta “interpelado” por esta cuestión, y pese a ser, a su juicio, el responsable de esta “crisis institucional y territorial”, es tiempo de reactivar “la reconciliación y la concordia” en el Estado.