Alberto Núñez Feijóo empujó a Alfonso Rueda a fijar lo antes posible las elecciones autonómicas en Galicia para presionar aún más al Gobierno de Pedro Sánchez y sacar rédito de la amnistía, pero los astros pueden hacer que la jugada se le vuelva en contra tras una campaña errática y tan desafortunada para el PP como la de las generales. Los sondeos señalan una apretada pugna entre bloques donde los populares podrían sufrir para amarrar los 38 escaños de la mayoría absoluta, mientras que el BNG, reconstruido bajo el liderazgo de Ana Pontón, se dispara hasta el punto de que en la calle se palpa la posibilidad de cambio en la Xunta. Ahora bien, ello pasaría por dos variables: primero, que haya movilización del electorado; y segundo, que el ascenso fulgurante de los nacionalistas no sea solo a costa de hundir las ya de por sí flojas expectativas del PSdG de José Ramón Gómez Besteiro. Todo hace prever además que la división entre Podemos y Sumar hará que ambas formaciones se queden fuera del Parlamento, al igual que Vox, aunque las papeletas ultra podrían perjudicar al PP, al igual que el respaldo a la Democracia Ourensana de Gonzalo Pérez Jácome, polémico alcalde de la ciudad que en su día pactó con el PP de Baltar.

El censo para estas elecciones asciende a 2.693.633 personas ya que a los más de 2,2 millones de electores censados en Galicia, hay que sumarle los 476.544 inscritos en el Censo Electoral de Residentes Ausentes (CERA), que también podrían ser determinantes. La candidata Pontón se felicitó ayer, en la jornada de reflexión, por el desempeño de una campaña “intensa” y “emocionante”. “Estoy muy agradecida por el trabajo de la militancia, los simpatizantes, todos los que vinieron a nuestros actos y que impulsaron esta campaña con tanta ilusión y entusiasmo”, reivindicó, preparada para vivir una “jornada histórica” con “la mayor participación e implicación de la ciudadanía”. “Que voten pensando en lo mejor para este país y que sea un gran día para el futuro de Galiza”, consideró.

La crisis de los pellets, la ausencia en los debates del candidato Rueda y las conversaciones entre PP y Junts que vieron la luz han minado las intenciones de Feijóo de convertir estos comicios en una apabullante victoria popular que echar en cara a Sánchez, aunque todo apunta a que los socialistas no estarán esta noche para sacar mucho pecho. En clave puramente estatal, la derecha ha vuelto a sacar a pasear la amnistía, Catalunya y, cómo no, las referencias a Bildu y ETA para ocultar su desastrosa campaña, donde los problemas de los gallegos iban quedando relegados a un segundo plano, lo que a priori ha aprovechado Pontón para ganarse el derecho a soñar y provocar el sorpasso en Galicia.