El doble ataque contra el panteón en el que reposan las cenizas del socialista Fernando Buesa, asesinado por ETA el 22 de febrero de 2000 junto a su escolta Jorge Díez, y contra el monolito levantado en memoria de ambos en el lugar donde fueron asesinados provocó ayer un hondo impacto y una ola de indignación. La Fundación Fernando Buesa destacó “el dolor muy profundo” que siente la familia del exvicelehendakari, y su hija, Sara Buesa, reconoció que este nuevo ataque le “ha golpeado muy adentro”. La condena de la clase política vasca no fue unánime porque EH Bildu optó por expresar su “rechazo” a lo sucedido, empezando por su líder, Arnaldo Otegi. Ello derivó en serios reproches a la coalición abertzale por parte de partidos, colectivos de víctimas y sindicatos de la Ertzaintza, cuerpo al que pertenecía Díez.

El panteón de la familia de Fernando Buesa, ubicado en el cementerio de Santa Isabel de Gasteiz, fue atacado con pintura y excrementos. Esta acción se produjo horas después de que desconocidos rociaran el jueves con pintura negra la placa del monolito en la que se leen los nombres de Buesa y Díez y la fecha de su asesinato, perpetrado con un coche bomba. La Policía Municipal se ha hecho cargo de la investigación por un posible delito de odio y busca pruebas en el lugar del suceso. Ello incluye una bolsa con heces que se encontraba en las inmediaciones del panteón familiar y con las que mancharon la tumba, por si hubiera alguna huella del autor o autores del ataque. No es la primera vez que estos se producen, ya que el 9 de julio de 2020 sabotearon la lápida de la tumba del dirigente socialista al rociarla con pintura roja.

Los sabotajes recibieron la condena sin paliativos de todos los grupos del Ayuntamiento de Gasteiz, excepto EH Bildu que pidió cambiar la palabra condena por la de rechazo para firmar una declaración institucional, a lo que se opuso el resto. En el documento, PSE, PP, PNV y Elkarrekin Podemos-IU condenan “enérgicamente estos hechos inadmisibles que ponen de manifiesto la falta de sensibilidad con las víctimas y el desprecio a su memoria”. Trasladan a su vez su “solidaridad y apoyo a las familias de Fernando Buesa y Jorge Díez Elorza por estos injustificables ataques cometidos por quienes siguen sin entender que la memoria es el instrumento clave para construir una sociedad justa, pacífica y libre”.

El lehendakari, Iñigo Urkullu, expresó su condena “radical” a los ataques y denunció la actuación de “determinados movimientos de grupúsculos que están nuevamente en una dinámica de reivindicar la violencia política”. En declaraciones a los periodistas a su llegada al Parlamento Vasco, dijo que son acciones “absolutamente deplorables” que, según denunció, “nuevamente revictimizan a la persona fallecida y a sus familiares, compañeros y allegados, y a toda la sociedad vasca”. Sobre los autores, añadió que “habrá quien tenga ascendencia” sobre ellos que les tenga que “decir claramente que ese no es el camino”.

Un operario limpia la placa en recuerdo de Buesa y Díez en el lugar donde fueron asesinados. | FOTO: EFE

Un emplazamiento que cayó en saco roto en el caso del coordinador general de EH Bildu, Arnaldo Otegi, que mostró en las redes sociales su “más absoluto y rotundo rechazo”, en su nombre y en el de la coalición soberanista, a los “inadmisibles” ataques cuya “naturaleza y origen” dijo desconocer. Opinó que “son una auténtica provocación a la convivencia democrática en nuestro país” y se preguntó “qué persiguen quienes violentan así la convivencia”.

El colectivo de familiares de presos de ETA, Etxerat, expresó asimismo su rechazo “más absoluto a los ataques contra la memoria de Fernando Buesa y Jorge Diez”, y subrayó su compromiso con “el reconocimiento de todas las víctimas y la construcción de la convivencia democrática”.

El colectivo de víctimas Covite mostró su “solidaridad” con las familias y denunció que “el odio de los nostálgicos del terrorismo abertzale sigue presente”. Reprobó también que desde EH Bildu “rechazan pero no condenan”, ya que “la palabra condena tiene una carga moral y por eso son incapaces de condenar, porque no consideran moralmente reprobables este tipo de ataques a la memoria de sus víctimas”.

Acto de repulsa

La indignación fue grande en la familia socialista, que ha convocado un acto de repulsa mañana a las 12.00 horas en el monolito en recuerdo de Fernando Buesa y Jorge Díez. Ayer, el secretario general del PSE, Eneko Andueza, reclamó que “se esclarezca quién está detrás” de este ataque “deleznable” y que caiga sobre ellos “todo el peso de la ley”. El delegado del Gobierno español en la CAV, Denis Itxaso, afirmó por su parte que “hay que ser sobre todo muy ignorante para despreciar de esta manera el recuerdo a dos hombres a quienes les fue arrebatada la vida a manos del fanatismo violento”.

La Ertzaintza se siente especialmente concernida porque Díez, que ejercía de escolta de Buesa, era integrante de este cuerpo. Los sindicatos ErNE, ESAN y Sipe expresaron que ataques como estos “son cobardes y de malnacidos”, mientras Euspel denunció que “este tipo de actos nos vuelven a llevar a tiempos pasados”. Tras condenarlos, reclamó a “la Administración que ponga todos los medios necesarios para localizar y detener” a sus autores.

Tortura y terrorismo

También ayer, el lehendakari Urkullu respondió, en el pleno de control del Parlamento Vasco, a una pregunta de EH Bildu sobre la concesión de la Cruz de Plata de la Orden del Mérito al exguardia civil Manuel Sánchez Corbí, condenado en 1997 por torturas y posteriormente indultado por el gobierno de José María Aznar. Afirmó que el Gobierno vasco condena la “injusticia” de estas prácticas, así como el terrorismo de ETA. “Nosotros lo tenemos claro, ¿y ustedes?”, preguntó a la coalición.

El parlamentario de EH Bildu Julen Arzuaga denunció que desde Interior se otorguen este tipo de distinciones a una persona condenada por torturas, y preguntó al lehendakari si esto es “compatible” con el debido reconocimiento y reparación a las víctimas. Al igual que Otegi, también expresó su “rotundo rechazo” a los sabotajes en Gasteiz.

El 31 de octubre en el Kursaal

Homenaje a víctimas de torturas

Informe anual de la comisión. El Kursaal acogerá el próximo 31 de octubre un acto del Gobierno vasco de reconocimiento a víctimas de torturas, que estaba previsto en junio pero se pospuso debido a las elecciones generales. La víspera, la comisión de valoración de los actos de violencia institucional presentará su informe anual en el Parlamento Vasco. Según fuentes de Lakua, el de Donostia será un “acto simbólico de reconocimiento a todas las víctimas hasta ahora reconocidas por la antigua ley y actual decreto”. Al contrario del que tuvo lugar hace dos años en el Euskalduna, este tendrá un carácter más simbólico y artístico, y estará dirigido por Aizpea Goenaga. 66 víctimas ya han recibido sus respectivos reconocimientos.