Alderdi Eguna es un día de fiesta. Pero es mucho más. Es un día para vivir en familia y de amistad. De reencuentros, abrazos, sonrisas. También un momento para llorar. De olor, sabor, color, calor y frío. O todo a la vez. Es de campa, manta, silla, talo con chorizo en las txosnas y de sorteo en la tombola. De paseo, baile y siesta. Madrugón, ilusión, reivindicación y resaca. Aralar, Salburua y Foronda. Araba, Bizkaia, Gipuzkoa y Nafarroa. Dejó escrito en DEIA en 1990 el presidente del EBB del PNV entre 1980 y 1984; y 1987 y 2004, Xabier Arzalluz, que el Alderdi Eguna se concibió en el año 1977 como una celebración de “música, casetas, asados y un acto político junto al hecho de ser una fiesta familiar”. La fiesta del partido, de EAJ-PNV.

Fue tras la salida de la clandestinidad y celebradas las primeras elecciones democráticas. Los tiempos cambian, que dirían los mayores, pero el mismo espíritu con el que se concibió el Alderdi Eguna sigue inalterado. “El Alderdi constituye una celebración única en su género. No solo por el número de participantes sino, sobre todo, por su carácter lúdico-político-gastronómico-familiar. El esfuerzo organizativo para un acto que dura tan solo unas horas es difícil de percibir para quienes se hallan fuera de los trabajos previos y posteriores. No es tarea fácil preparar los servicios de todo orden que, comenzando por la acampada desde el viernes anterior, de varios miles de jóvenes, hasta los requeridos por las decenas de miles de asistentes del día de la celebración, han de tenerse a punto: servicios comunitarios, higiénicos, de aparcamiento, gastronómicos, etc.

No es fácil expresar el asombro de los invitados extranjeros ante el espectáculo y las vivencias que perciben durante su visita”, subrayó el presidente jeltzale.

Alderdi Eguna es mucho más que una fiesta. Pocas cosas pueden concentrar tantas sensaciones en solo dos palabras. Alderdi Eguna. “Nadie nos ha podido igualar”, zanjó Arzalluz. “Conozco suficientemente Europa -añadía Arzalluz en su artículo recientemente recordado en las páginas de DEIA- como para concluir que día como éste con semejantes ingredientes no existe en Europa. Y es que se trata de un gran encuentro político-familiar. Algo único”. El tiempo le sigue dando la razón.