Avanzaron que homenajearían a José Antonio Primo de Rivera, fundador de la Falange y cuyo cuerpo fue exhumado el pasado lunes del Valle de los Caídos para ser trasladado al cementerio sacramental de San Isidro, ubicado en el distrito madrileño de Carabanchel. Y lo cumplieron. La Falange y FE de las Jons protagonizaron ayer un tributo a Primo de Rivera en el que se lanzaron gritos como España, una, grande y libre o se entonaron canciones como Cara al Sol con el brazo en alto. El acto, todo un desafío a la Ley de Memoria Democrática aprobado en octubre del pasado año, se llevó a cabo bajo un férreo control policial que evitó que hubiera altercados de mayor calibre.

Tras una convocatoria oficial lanzada desde los dos partidos, emplazando a los simpatizantes de Primo de Rivera a reunirse al mediodía, la cita volvió a reproducir tanto la simbología como las actitudes mostradas el pasado lunes. Aunque se reunieron cuatro centenares de falangistas entorno al camposanto, solo entraron menos de la mitad, unos 170 según la Delegación del Gobierno en Madrid –la mayoría de ellos vestidos con la camisa azul característica de ese movimiento, portando flores y coronas de laurel y entre una lluvia incipiente–. Decenas de efectivos de la Unidad de Intervención Policial (UIP) rodearon a los concentrados. Los que no pudieron hacerlo fueros los periodistas que trataron de captar alguna imagen en el interior del cementerio de San Isidro. El acto concluyó apenas media hora después y se desarrolló con “normalidad”, según precisaron fuentes policiales a Efe.

En todo caso, el cementerio de San Isidro amenaza con convertirse en un emplazamiento para honrar la memoria de Primo de Rivera, tal y como durante 64 años ha venido ejerciendo el Valle de los Caídos, de donde también fue sacado el cadáver del dictador Francisco Franco en octubre de 2019. De hecho, este último lugar ya fue objeto de altercados el lunes, cuando dos centenares de falangistas se concentraron a su puerta esperando la llegada del fundador de la Falange. Los manifestantes rompieron entonces el cerco policial y forcejearon con los agentes de policía a la llegada del coche fúnebre, entre gritos de Arriba España, Gobierno criminal y Primero asesináis y luego profanáis. Los altercados se saldaron con tres detenidos que fueron trasladados a dependencias policiales.

Respecto a posibles sanciones que el Gobierno de Sánchez pudiera aplicar por estos homenajes, los partidos falangistas se mostraron convencidos de que no existe base jurídica para sancionarles, ya que realizaron un tributo a una víctima de la Guerra Civil, según argumentaron, pues Primo de Rivera fue fusilado en 1936, al inicio del conflicto, en la cárcel de Alicante. En todo caso, el Ejecutivo de Moncloa , a través de la Secretaría de Estado de Memoria Democrática, ya tiene un expediente abierto contra La Falange por los actos que se celebraron con motivo del pasado 20 de Noviembre, aniversario de la muerte del dictador Francisco Franco y de Primo de Rivera.

La Ley de Memoria Democrática, que entró en vigor el pasado mes de octubre, reconoce la incompatibilidad de la democracia española con la exaltación del alzamiento militar de 1936 o el régimen franquista y considera contrarios a la memoria democrática los actos públicos “que entrañen descrédito, menosprecio o humillación de las víctimas o de sus familiares, y supongan exaltación personal o colectiva, de la sublevación militar, de la Guerra o de la Dictadura, de sus dirigentes, participantes en el sistema represivo o de las organizaciones que sustentaron al régimen dictatorial”, señala.