A pesar del conato de insumisión por parte de Unidas Podemos ante el Tribunal Constitucional, el PSOE ha zanjado ese debate porque no quiere cruzar ese río y, con el paso de las horas, esa posibilidad ha quedado descartada. Tanto los socios del Gobierno español como el presidente Sánchez han llamado a la calma y han dirigido sus esfuerzos a tramitar otra iniciativa parlamentaria. La propia mesa del Senado acató la suspensión de la reforma del método de elección de los jueces del tribunal. De esta fotografía tampoco se ha salido la izquierda abertzale, a pesar de su identificación en el pasado reciente con las estrategias de desobediencia civil que condujeron al boicot puro y duro a la constitución de los ayuntamientos durante la etapa de las ilegalizaciones.

La portavoz de EH Bildu en el Congreso de los Diputados, Mertxe Aizpurua, evitó defender ayer la desobediencia y priorizó la búsqueda de una respuesta unánime del Gobierno español, compuesto por el PSOE y Unidas Podemos. A la portavoz le formularon hasta en dos ocasiones la pregunta. ¿Tendría que haber desobedecido el Senado? Aizpurua respondió que lo que ella crea o no crea “no es relevante”, y que lo importante es tomar medidas ante este escenario. Se le volvió a preguntar si se debería desobedecer, y respondió que este “es un alambicado proceso jurídico” y que reputados juristas han tildado de “ilegal” la decisión del Tribunal Constitucional, pero la respuesta “debe ser unánime por parte del Gobierno”, una cuestión que consideró lo más importante en este momento.

EH Bildu ofreció su colaboración y se puso a disposición de las iniciativas que se adopten en defensa de la mayoría parlamentaria, ante este “golpe judicial” contra la representación emanada de unas elecciones. “PP y Vox se sitúan fuera de la democracia”, criticó, para extender la misma consideración al Constitucional y al Consejo General del Poder Judicial. Recordó que el poder judicial “ya modificó mayorías parlamentarias en Euskal Herria y Catalunya”, de modo que este episodio no es tan inédito, aunque no le resta gravedad.

De hecho, la izquierda abertzale denunció durante años la ofensiva de ilegalizaciones en su contra, activada con la Ley de Partidos, y que fue también muy censurada por el PNV. No obstante, la izquierda abertzale reaccionó en aquella época provocando episodios de tensión en determinados municipios como Ondarroa, donde incluso hubo llamamientos a dejar de pagar los impuestos. Ya sin violencia y con EH Bildu legalizada e integrada en el sistema, la coalición ha tomado algunas decisiones que suponen un tránsito y que fueron muy comentadas, como el acatamiento de la izada de la bandera española en los edificios oficiales que gestionaba tras años de críticas al PNV.

SIN CRÍTICAS A LA TRAMITACIÓN

Aizpurua apostó por una respuesta conjunta al órdago de la derecha política, mediática y judicial, y dijo que en EH Bildu serán “solidarios, responsables”. Añadió que es hora de levantar la hipoteca del “régimen de 1978”. Como el resto de aliados habituales de Sánchez, puso la carga de lo sucedido en el PP, y no en si la reforma se tramitó de manera poco ortodoxa a través de una enmienda a una ley que no guardaba relación con el tema. Dejó ver que la actitud del PP hubiera sido la misma con independencia del método para la reforma.