El Gobierno español ha emprendido una febril actividad en este final de año, con múltiples tramitaciones y reformas de leyes. ¿A qué lo atribuye?

A que el debate presupuestario está sometido a chantajes en los que, como contrapartida, hay que cumplir con los independentistas, los sediciosos y los malversadores. Hay un montón de leyes que cuestionan la estructura institucional y lo quieren hacer con nocturnidad y alevosía, saltándose todos los trámites ordinarios en cualquier debate parlamentario, con lo que deterioran el marco legislativo español.

¿Es también una forma de alejar leyes potencialmente controvertidas del periodo electoral?

No solo eso, sino que hay dudas de que sean realmente constitucionales. En muchos casos este Gobierno está poniendo encima de la mesa leyes bodrio que tienen los efectos contrarios de los que teóricamente persiguen, que benefician a violadores y pederastas, leyes a medida para beneficiar a los corruptos, la ley trans, muy cuestionada por los movimientos feministas... Lo están denunciando los propios dirigentes socialistas y ya hay quien piensa que Sánchez no tiene límites.

En una estrategia común del PSOE y ERC, primero se modificó el delito de sedición en el Código Penal y ahora el de malversación. Hay que reconocer que la situación en Catalunya es más tranquila que en 2017, con Rajoy en La Moncloa.

Yo no creo que esté más tranquila socialmente, simplemente están dándole a los que delinquieron lo que quieren. Los independentistas quieren volver a repetir todo lo que hicieron, atentar contra el Estado de derecho y tensionar. Lo que pasa es que quieren hacerlo con las cartas marcadas, cuando hayan conseguido que todas las leyes cambien y lo que hagan no tenga coste.

“El PP y UPN somos partidos hermanos y vamos a seguir colaborando antes y después de las elecciones”

La propuesta de ERC de celebrar un referéndum ha roto los esquemas de los socialistas... 

Pero es que eso estaba cantado, no se pueden llevar a engaño. Ya nadie se cree toda esa historia de que esta es la política del amainamiento, y las voces de algunos barones del PSOE como Page recogen el sentir de una parte muy importante de socialistas que están absolutamente avergonzados de los pactos de Sánchez con quienes han delinquido.

PSOE y Podemos disentían en la ‘ley trans’ pero la formación morada se ha acabado imponiendo.

Podemos se está imponiendo en casi todas las leyes que ha querido sacar adelante. Y Sánchez y Podemos han convertido al PNV en el tonto útil de la legislatura. Está apoyando todas estas leyes, ¿a cambio de qué? Lo único que han traído son los presos de ETA y la selección de surf, es una broma. Estamos a la cola de la alta velocidad, nos hemos quedado fuera de la agencia espacial, los Presupuestos en nada han beneficiado al País Vasco... El PNV es corresponsable de los desbarajustes de Sánchez y Podemos, estas políticas van a perjudicar a la economía vasca e hipotecan a las nuevas generaciones en el País Vasco, que cada vez pierde más peso específico en el conjunto de España.

El PP pudo apoyar la enmienda del PSOE que buscaba ampliar la tutela judicial para el cambio de sexo hasta los 16 años, pero no lo hizo.

Lo que no le vamos a hacer es el trabajo al PSOE, era su responsabilidad parar esa ley y no ha querido hacerlo. No compartimos la filosofía de la ley trans, va en contra de los derechos no solo de las mujeres, sino que desprotege a los menores. Ni siquiera beneficia al colectivo LGTBI, yo soy homosexual y creo que introduce una filosofía que va en contra de la defensa de nuestros derechos en el futuro.

“Hay un dibujo claro de mala gestión por parte del Gobierno del PNV, que es lo que preocupa a la gente”

La reforma del poder judicial también ha levantado ampollas pero deriva de una falta de acuerdo político con el PP. ¿Hacen autocrítica?

Es un atropello, el intento de control de la Justicia por parte del Gobierno es inaudito en cualquier país europeo de nuestro entorno. Apostamos por recurrir esas decisiones porque están empeñados en entrar a saco en todas las instituciones del Estado. Ellos deberían haber propiciado un acuerdo para la renovación pero, cada vez que estaba próximo, los propios socialistas se han empeñado en dinamitarlo. Lo único que hemos visto es un interés por controlar a los jueces, lo que es absolutamente inaceptable.

Alberto Núñez Feijóo ya ha avanzado que, si llega a Moncloa, derogará estas leyes. ¿No es una forma de hacer política a la contra?

No, es una política que responda a los intereses generales del Estado. Porque son leyes que se están haciendo a medida por intereses particulares de Sánchez, Podemos y sus socios. Feijóo apela a una mayoría social en España tranquila, moderada, que quiere que la política solucione sus problemas. Y estas son leyes divisivas, el Gobierno está haciendo permanentemente un discurso de la confrontación. Creo que Feijóo trata de poner en valor aquellos acuerdos de la Transición que sirvieron para remar juntos en la misma dirección independientemente de nuestra ideología.

Hay quien interpreta que, a tenor de las encuestas, el denominando ‘efecto Feijóo’ se está diluyendo.

Todas las encuestas siguen diciendo que Feijóo va a ganar las elecciones, excepto el CIS, en el que ya nadie cree. Estamos ante un cambio de ciclo claro, el resultado del PP en las elecciones andaluzas fue muy superior al que vaticinaban todas las encuestas. Se palpa en la calle que hay una inmensa mayoría que cree que con este Gobierno no se puede seguir. Incluso aquí en Euskadi.

“Feijóo apela a una mayoría social en España moderada que quiere que la política solucione sus problemas”

¿A qué se refiere?

Me estoy encontrando con muchísima gente que no votó al PP en las últimas elecciones y que te dicen que hoy prefieren a Feijóo antes que a Sánchez en La Moncloa. Un Gobierno que aporte soluciones, no que esté plegado a lo que digan Podemos y los independentistas. Hay mucha gente que está muy defraudada con Sánchez y que no quiere que su voto al PNV sirva para seguir apoyando a Sánchez y a Podemos. El PNV tiene un problema de gestión y hay una parte de su electorado muy descontenta con que se haya convertido en la muleta de los despropósitos de Sánchez y de Podemos. 

Vox ha optado por la tremenda y está promoviendo una moción de censura contra Sánchez, a la que el PP no se ha enganchado.

Seguramente Vox quiere sacar la cabeza porque las encuestas no le van bien. Creo que debemos seguir un camino propio, no tenemos nada que ver con Vox. Una moción de censura hoy solo serviría para darle oxígeno a Sánchez y fortalecer esa mayoría Frankenstein en el Congreso. Donde se tiene que dar la batalla democrática es en mayo cuando se abran las urnas. Cuando se vaya a votar en cualquier municipio de Euskadi también vamos a estar votando esa censura a Sánchez.

Ante la batalla cainita que se atisba en Ciudadanos, Feijóo les ha recomendado que echen el cierre de la forma más digna posible e incluso les ha abierto la puerta.

Hace tiempo que la inmensa mayoría de los votantes de Ciudadanos se sienten identificados con el discurso de Feijóo, que es centrado, moderado y con un talante abierto. Aquí en Euskadi nos adelantamos y abrimos las puertas del PP a la gente de Ciudadanos, están abiertas en toda España y todos los que puedan aportar tienen sitio en el PP.

UPN ha despejado esta semana la incógnita y ha descartado reeditar la coalición Navarra Suma con el PP. ¿Mermará esta decisión sus opciones electorales?

Esto puede responder a un análisis estratégico de la propia UPN, que cree que con un discurso propio y exclusivamente navarro puede atraer a una parte más importante del electorado. En todo caso, somos partidos hermanos y va a seguir habiendo una estrecha colaboración entre ambos antes y después de las elecciones autonómicas.

¿Cómo afrontan en el PP vasco las elecciones municipales y forales?

Nuestro objetivo es crecer, poder ser determinantes en muchos ayuntamientos vascos y también en las diputaciones. Como dicen muchas encuestas, se palpa un desencanto con la crisis de gestión del PNV en todos los ámbitos, creo que también hay desánimo en muchos socialistas que no comparten la deriva de Sánchez. El voto al PP aquí en las municipales también es útil para promover un cambio en España, hay mucha gente que sabe que para que a Euskadi le vaya mejor es necesario un cambio en España.

El PP estaba fuera del acuerdo de bases sobre la Ley de Educación aprobado en abril. ¿Van a ejercer algún papel en este debate?

El papel más importante porque somos los únicos que estamos discrepando. El PNV se ha sumado a la ley Celaá, que dice que es lo mismo aprobar que suspender y que deteriora la calidad de la enseñanza en Euskadi. La ley que han pactado con Bildu va a ser todavía más perjudicial para los resultados de la educación vasca, que son los peores de la década. Sobre todo hay un intento de politización y de utilizar la escuela para el adoctrinamiento. Hay un ataque furibundo y soterrado contra la escuela concertada, que representa al 50% de las familias vascas.

La negociación de los Presupuestos vascos finalizó sin acuerdo con los grupos de la oposición, y el consejero de Economía y Hacienda, Pedro Azpiazu, les acusó de no tener “voluntad real” de pactar.

Absolutamente no. La responsabilidad de buscar el entendimiento es de quien tiene el Gobierno. Hemos estados abiertos a la negociación, pero si no te ofrecen nada para negociar, de qué vas a hablar. 

La tan cacareada crisis en Osakidetza, con el foco en Gipuzkoa, se ha diluido tras la mediación del lehendakari. ¿Qué lectura realiza?

Hay una consejera muy cuestionada que tendría que dimitir, no puede ser que se hayan cargado el prestigio y la calidad asistencial de Osakidetza. Está teniendo mucho foco lo que ocurre en Gipuzkoa pero en Álava todo el mundo es consciente del deterioro de la asistencia: cierre de consultorios, de las urgencias, tenemos ya solo un Punto de Atención Continua (PAC), faltan médicos y ambulancias medicalizadas... Hay un dibujo claro de mala gestión por parte del Gobierno del PNV, que es lo que preocupa a la gente.