El Gobierno vasco ha puesto en marcha el diálogo con los grupos de la oposición antes de redactar sus Presupuestos para 2023 y, con la excepción de Vox, ha enviado a los partidos unas directrices presupuestarias que están abiertas a sus aportaciones. Espera reunirse con ellos en la segunda quincena de septiembre o a principios de octubre. Las directrices son siempre genéricas porque aún se desconocen los datos precisos de la recaudación fiscal y, por lo tanto, el proceso se encuentra aún en una fase muy incipiente y las únicas cifras que aparecen son las previsiones de crecimiento y desempleo, pero no las inversiones o el gasto social. En cualquier caso, EH Bildu y Elkarrekin Podemos-IU observan ya con recelos las directrices, en la medida en que creen que puede existir una contradicción entre la apuesta del consejero Pedro Azpiazu por unos Presupuestos expansivos, y las alusiones a la estabilidad presupuestaria. Fuentes de la consejería de Hacienda consultadas por este periódico lanzan un mensaje de calma y garantizan una “apuesta clara por la inversión”.

En la presentación de Azpiazu, todo el protagonismo se lo llevó la apuesta por la reactivación y fue categórico con la inversión. De ahí que haya sorprendido la atención que ha merecido para otros grupos que se constate que en el futuro volverán a estar vigentes las reglas de déficit y deuda, de sostenibilidad financiera. La consejería sostiene que se propone seguir fortaleciendo el gasto social, afianzar la reactivación económica y afrontar retos futuros como la transición ecológica y la digitalización, todo ello, con una perspectiva de género.

¿Dónde radica el debate? Fuentes de la consejería explican que el crecimiento de los recursos disponibles es coyuntural. El contexto es cambiante y está viciado por la guerra en Ucrania, los precios de la energía, la escasez de suministros y la inflación. Esta situación, según detallan, provoca dos consecuencias: que la recaudación de impuestos suba de manera artificial, simplemente porque los bienes son más caros y se recauda más, y no porque el crecimiento económico sea superior a lo esperado; y, por otro lado, el precio de la deuda es bajo pero comienza ya a subir. Ponen un ejemplo: si el bono a once años lo hubieran emitido ahora y no en abril, hubiera supuesto un sobrecoste de 60 millones. Por otro lado, es probable que en 2024 la Unión Europea recupere la obligatoriedad de los objetivos de déficit y deuda, ahora suspendidos por el coronavirus y la guerra. En definitiva, el incremento de los recursos se debe a razones coyunturales.

¿Significa esto que habrá restricciones en el gasto? La consejería lo niega. Asegura habrá una apuesta clara por la inversión y que, además, se cuenta con la baza de los fondos europeos, y habrá Cuentas expansivas para 2023 y 2024. El Gobierno vasco seguirá apostando por inversión, I+D+i y gasto social, pero se controlará el gasto estructural. No obstante, no ven ninguna novedad ni un mayor empeño este año que en el anterior. Ni tampoco creen que sea algo muy distinto a lo que hacen los demás partidos en las instituciones que gobiernan. Cuando se acerque el Consejo Vasco de Finanzas de octubre y se presenten las cifras, estas dudas podrían quedar despejadas y podrá haber un contraste sobre partidas concretas.

El Gobierno vasco acudirá a negociar con los partidos, salvo Vox, aunque PNV y PSE cuentan con una mayoría absoluta suficiente. Las dudas las planteó Maddalen Iriarte, desde EH Bildu, el partido con el que se pactaron las Cuentas vigentes. Hace unos días, tildó las directrices de ejercicio de “marketing” y se temió que la estabilidad presupuestaria encierre recortes. Pidió debatir la fiscalidad, aunque fuentes de la coalición consultadas por este periódico no añaden más a la espera de analizar el texto “con atención”, y tampoco confirman si darán protagonismo a la reforma fiscal en la negociación.

“conservador”

Fuentes de Elkarrekin Podemos-IU consultadas por este periódico manifiestan las mismas dudas. “A pesar de las buenas palabras que acompañaron la aprobación de las directrices presupuestarias, lo cierto es que, bajo el pretexto de la responsabilidad, se anuncia el inicio de la contención del gasto público en un momento en el que ni la economía, ni los servicios públicos y particularmente la salud pública, se han recuperado del mayor shock de la historia reciente”, sostienen. Aseguran que las directrices anuncian “un compromiso sólido del Gobierno vasco por la estabilidad presupuestaria”, que demuestra, a su juicio, “que el Gobierno vasco sigue atrapado en el pensamiento conservador sobre el papel de la hacienda pública en la gestión del ciclo económico”. “Un equilibrio presupuestario equivale a anular el ahorro privado y, por tanto, contribuirá a llevar a nuestra economía a la recesión”, zanjan.

Dicen que la apuesta por la educación, la atención primaria en Osakidetza, el empleo y la protección social “se quedan en una mera declaración de intenciones puesto que no se aprecia un volumen de OPE que compense la larga década y media de plantillas públicas congeladas ni se aprecia un verdadero esfuerzo inversor”. Piden “anunciar medidas de protección de rentas para los colectivos más desfavorecidos” y “acelerar la transición ecológica con un ambicioso plan de inversiones liderado o ejecutado desde el sector público”. El PP no ha podido debatir aún las directrices.

las claves, en octubre

el calendario de los presupuestos

Directrices presupuestarias. Son el marco general y el consejero Pedro Azpiazu las ha presentado ya, aunque se las ha enviado a los grupos, salvo a Vox, para que realicen sus aportaciones. Prevé un crecimiento del 4,5% del PIB para este año y del 4,1% para 2023. En cuanto al paro, prevé un 9,5% para este año, y un 9,1% el próximo. Serán unas Cuentas expansivas, pero se esperará a tener los datos de finales de septiembre para elaborar un cuadro con mayor información.

25 de octubre. Tras el Consejo Vasco de Finanzas de mediados de octubre, cuando se conozca una fotografía más fidedigna de la recaudación fiscal, el Consejo de Gobierno aprobará el proyecto presupuestario el 25 de octubre. Unas horas después, el 28 de octubre, registrará el texto en el Parlamento Vasco. Entre finales de septiembre y principios de octubre, Azpiazu espera reunirse con todos los grupos, salvo Vox.

“Hay un interés en proyectar que esto es una pelea en la izquierda abertzale”

Coordinador general de EH Bildu