Argelia cree que Marruecos está practicando una "guerra sucia" contra sus países vecinos, entre ellos el Estado español, y en la que se estaría sirviendo tanto de la presión migratoria como del software, dando por hecho que es el reino alauí quién está detrás de los ataques a móviles de altos cargos del Ejecutivo de Pedro Sánchez, entre ellos el del propio presidente y varios de sus ministros. El enviado oficial argelino para temas del Sahara Occidental, Amar Belani, sostuvo que las informaciones aparecidas en los últimos días en diversos medios vienen a confirmar que a Marruecos "no le importan las convenciones internacionales" y utiliza, en cambio, fórmulas "amorales" para que otros gobiernos se plieguen a sus designios, como habría ocurrido en el giro del líder del PSOE respecto a su posición sobre el Sahara.
En declaraciones a la agencia APS, manifiesta que está "probado" que Marruecos ha interceptado teléfonos de dirigentes extranjeros, ha utilizado los flujos migratorios como "palanca de presión política" y ha lanzado "amenazas indirectas" sobre la potencial activación de células terroristas en países europeos. "Son todo medios amorales que las autoridades de este país utilizan, sin escrúpulos y con cinismo, en la guerra sucia que libra contra los países vecinos", dijo Belani, que incluye en sus alusiones no solo a Argelia y a España, sino también a Francia.
Las declaraciones del enviado se produjeron previamente a que la presidencia de Abdelmayid Tebune anunciase la suspensión del Tratado de Amistad, Buena Vecindad y Cooperación que rige las relaciones con el Estado español desde 2002, como represalia por el "injustificable" giro del Gobierno de Pedro Sánchez en relación al Sáhara Occidental, en particular por su apoyo al plan de autonomía marroquí.
la lupa sobre rabat
Hace unas semanas se produjo una versión a la inversa sobre la autoría del espionaje político. Barlamane, un diario digital fundado por un exdirector de MAP, la agencia oficial de noticias de Marruecos, deslizó que Argelia también utiliza el software espía israelí Pegasus y podría estar detrás de las infecciones del móvil de Sánchez y Robles, entre otros dirigentes, dentro de una campaña para torpedear las relaciones hispano-marroquíes. Esta información salió, eso sí, cuando todas las pistas empezaron a conducir a Marruecos como responsable de las vigilancias a la columna vertebral de las políticas de Estado. Y es que el espionaje se produjo en el punto álgido de la mayor crisis diplomática con Marruecos ante la decisión de Madrid de acoger en secreto, por razones humanitarias, al líder del Frente Polisario, Brahim Ghali. El hecho de que el programa israelí espiara a ministerios esenciales en las relaciones de seguridad e inmigración con Marruecos y lo intentara sin éxito con el titular de Agricultura, área sustancial en las interrelaciones con el reino de Mohamed VI, engordó las sospechas.
En Marruecos se ha hecho eco de estas insinuaciones, cuando no acusaciones directas, de estar detrás del asunto Pegasus, considerando de que se tratan de "puñaladas en el agua" sin ninguna base. Medios próximos al Gobierno de Rabat han venido atribuyendo esta campaña a quienes no quieren aceptar que se haya producido una normalización diplomática entre ambas naciones. "Existe una campaña mediática engañosa, masiva y maliciosa", dicen para zanjar el debate.
Un "ridículo colosal". El expresidente del Gobierno español José María Aznar tildó de "ridículo colosal" lo ocurrido con Argelia y advirtió de que el Estado español está en una "situación delicada". "Es difícil encontrar en la política española un error más grande" que "demuestra, por desgracia, el estado de fragilidad" en el que, a su juicio, está sumido España, un país "con enormes responsabilidades geopolíticas".