Ahora que las bombas silban en Mariupol como antes silbaron en Gernika, el municipalismo debe aparecer como el “motor de la cohesión emocional”. Como el primer bastión defensivo de “las conquistas sociales” ante una realidad “preocupante y compleja” que “amenaza” derechos y libertades.

Eudel, la Asociación de Municipios Vascos, abanderó este mensaje en el acto durante el que ayer miércoles recibió el abrazo de las instituciones vascas y europeas con motivo de la celebración de su 40 aniversario.

Fue un cumpleaños sobrio en el que se repasó el pasado, el presente y el futuro de los municipios vascos, conjurados a seguir siendo “agentes colaboradores” en primera persona ante los retos que se le presentan tanto a Euskadi como al conjunto de un planeta hoy estremecido por dramas como el que se vive en Ucrania.

El lehendakari Iñigo Urkullu presidió la cita y comenzó su intervención recordando precisamente a quienes más directamente están sufriendo las consecuencias de la invasión rusa, pero sin olvidar a otros que también sufrieron antes. “Ayer fueron Durango, Gernika. A continuación otros: Lovaina, Varsovia, Hiroshima, Coventry, Dresde, Grozni, Sarajevo, Beirut, Alepo... Hoy Mariúpol. En recuerdo de todos los fallecidos, en homenaje a quienes padecen estas matanzas, propongo un minuto de silencio”, dijo Urkullu. Y el auditorio del palacio de congresos de Gasteiz calló puesto unánimemente en pie.

Orgullosos del legado

En su repaso del camino recorrido por Eudel, el lehendakari recordó hitos como las primeras elecciones municipales celebradas tras la recuperación de la democracia hace 43 años, tres antes de que se constituyera la propia Eudel. En este sentido, Urkullu quiso detenerse para tener un “recuerdo emotivo” para con “todas las personas que sufrieron la amenaza y persecución del terrorismo de ETA por defender sus ideas desde los Ayuntamientos”. “Este aniversario es un homenaje a todas ellas. Su ejemplo de dignidad y compromiso es un legado para la convivencia que reconocemos y siempre conservaremos en nuestro recuerdo”.

“Hoy rendimos homenaje a todas las personas que a lo largo de estas cuatro décadas han demostrado desde el Ayuntamiento su compromiso con su pueblo y con Euskadi”, afirmó Urkullu, quien no dudó en mostrar a todas ellas un “orgullo” que les transmitió en nombre del pueblo vasco.

Mirando ya al papel que cumplen los Consistorios en la gestión del día a día de la agenda de los ciudadanos, el lehendakari repasó los elementos que confirman el avance hacia la cogobernanza interinstitucional. “Habéis conocido todos los problemas en primera persona y habéis demostrado capacidad de respuesta y reacción, desde la cercanía, la sensibilidad y la colaboración. Ahora afrontáis este 40 aniversario de Eudel con una mirada al futuro positiva y constructiva”, concluyó.

Como presidente de Eudel, el alcalde de Gasteiz, Gorka Urtaran, subrayó que los municipios son hoy en día “líderes y socios para contribuir a una recuperación segura, verde, justa e inclusiva”. “Cuando los municipios vascos destinan parte de sus ingresos corrientes a la cooperación al desarrollo, no lo hacen porque nada les obligue, sino porque lo ven necesario para impulsar un mundo más igualitario y justo”, aseguró.

Tras la intervención de varias figuras del municipalismo europeo llegó la hora del reconocimiento a los 28.000 cargos electos que han forjado el “legado” de Eudel blindando “los pilares de la democracia” en Euskadi.

Anne Etchegoyen puso la nota emotiva interpretando una versión muy personal del Txoria txori de Mikel Laboa. Y ya en la recta final, destacó el homenaje que la sala tributó a quienes antecedieron a Urtaran al frente de la Asociación. José María Gorordo, José María González, Karmelo Sáinz de la Maza, Jokin Bildarratz, Ibone Bengoetxea e Imanol Landa recibieron un cálido aplauso que se hizo extensivo al hijo del fallecido Iñaki Oregi, fundador de Eudel y primer presidente de esta asociación.