El director de la agencia vasca de reinserción social, Aukerak, Carlos Roy, ha afirmado que la reinserción de los presos "no es un capricho", sino un "mandato legal", y ha incidido en que no debe haber diferenciaciones entre reclusos en este aspecto, "más allá de las circunstancias personales, formativas o laborales".

En una entrevista a Radio Popular, recogida por Europa Press, el director de la agencia de reinserción social vinculada a la gestión de los centros penitenciarios vascos, creada tras el traspaso del 1 de octubre a Euskadi de la competencia, ha defendido la necesidad de realizar un esfuerzo "para devolver" a los presos a la sociedad.

Tras valorar el trabajo realizado para poner en marcha una agencia "nueva", ha cifrado en 1.365 la población reclusa en Euskadi y ha incidido en que la reinserción de los presos "no es un capricho", sino un "mandato legal" fruto de una normativa que determina que uno de los fines de las penas privativas de libertad es la reinserción.

Según ha sostenido, el objetivo de Aukerak será así que, a través de la formación y el trabajo en los centros penitenciarios, se dote a los reclusos de "todos los instrumentos" posibles para que sean capaces en el futuro de "insertarse en el mercado laboral y tener habilidades sociales básicas".

"Si conseguimos que una persona adquiera hábitos, habilidades sociales y formación para integrarse en el mundo laboral hay posibilidades de crear un proyecto de vida diferente, resocializando", ha argumentado.

Roy, que ha asegurado que la sociedad tiene "la obligación legal y moral de hacer lo posible por devolver" a los presos a la sociedad, ha incidido en que muchos de ellos cuentan con poca formación y experiencia laboral, por lo que necesitan unas medidas individualizadas. "Hay que buscar lo que conviene a cada sujeto o a cada grupo de personas", ha añadido.

PRESOS DE ETA

Cuestionado por los 84 presos de ETA que se encuentran en cárceles de Euskadi y las críticas que pueda recibir la agencia vasca de reinserción social, Roy ha indicado que "el ruido no debe despistar en la labor a llevar a cabo".

"Son 1.365 personas las que tenemos el empeño de intervenir individualmente. Cada persona tiene su propia vocación, su propia historia por detrás, su propia formación, independientemente del delito por el que cumple condena", ha expresado.

Según ha subrayado, "si técnicamente hay que hacer alguna distinción", en cuestiones como la formación, "por el origen del delito", serán los técnicos quienes la hagan, pero "en principio son 1.365 personas y se va a intentar actuar con cada individuo".

De este modo, ha resaltado que no debe haber diferenciaciones entre presos, "más allá de las circunstancias personales, formativas o laborales".

Asimismo, ha manifestado que los cursos y talleres formativos que los reclusos puedan desarrollar no serán muy diferentes a los llevados a cabo en otros centros penitenciarios. "Nosotros hemos empezado a trabajar el 1 de enero. Hasta ese momento se han venido haciendo cosas. Muchas se continúan y nosotros lo que hacemos es buscar espacios de mejora", ha argumentado.