BILBAO - El PSOE, en su encrucijada, y con ella la del conjunto de la política estatal. Pedro Sánchez abrirá una ronda de contactos con los grupos parlamentarios de cara a la moción de censura que se celebrará el próximo jueves y viernes contra Mariano Rajoy pero dejando claro a sus interlocutores que los socialistas no están dispuestos a renunciar a su programa ideológico a cambio de sumar apoyos, una estrategia que no augura que su ofensiva frente al Ejecutivo del PP pueda dar resultados y aupar a la presidencia a su secretario general. Antes del Comité Federal del partido celebrado ayer, varios presidentes autonómicos le advirtieron de que el partido no debe alcanzar “acuerdos ni concesiones” con los partidos independentistas. La más clara fue la presidenta de la Junta de Andalucía, Susana Díaz; aunque no se quedó a la zaga el presidente de Castilla-La Mancha, Emiliano García-Page.

La mera posibilidad de que Sánchez busque el apoyo de los independentistas catalanes produce urticaria entre alguno de los barones que prefieren mirar a Podemos y a Ciudadanos como aliados para la moción de censura.

De momento, el PSOE no ha entablado conversaciones con las demás formaciones por “respeto institucional”, ya que querían aguardar a que la iniciativa fuera al menos calificada por la Mesa del Congreso, pero a dos días del pleno Sánchez solo cuenta con el respaldo de sus 84 diputados y los 71 de Podemos. Son 155 votos a favor de la moción, muy lejos de los 176 que dan la mayoría absoluta.

Según aseguró ayer la portavoz del PSOE, Margarita Robles, lo importante de la moción es que se ha presentado “por ética”, y que “lo demás”, o lo que es lo mismo, que salga adelante, “es secundario”, despreocupándose de un nuevo posible fracaso de Sánchez, que sería el segundo, puesto que “no se trata de ganar o no ganar, sino de cumplir con la ética y la democracia”. Tanto es así que los socialistas no se han molestado hasta la fecha de seducir a las fuerzas minoritarias, actitud que a estas no les ha pasado desapercibida. “No sé si tienen mucho interés en tener nuestro apoyo”, zanjó el portavoz del PNV, Aitor Esteban, que desconoce “cuándo, qué y con quién quiere arreglar Sánchez las cosas”. El diputado del PDeCAT, Carles Campuzano, calificó la moción de “simple postureo” para ganar protagonismo en un momento en que Sánchez estaba perdido mediáticamente, y ERC le pidió ayer al PSOE “que se aclare” al detectar “diversidad de opiniones” en su seno. Gabriel Rufián fue más allá: “Que pida perdón por sus insultos”, por ejemplo al president Quim Torra, levantar el 155 y que no pacte con Xavier García Albiol en Badalona.

Sin embargo, desde el PSOE se insiste en que buscan formar un gobierno con los ejes programáticos de Ferraz ya que lo principal es desbancar a un Gobierno “sin credibilidad” tras haber declarado en los tribunales “tapando la corrupción”, como pone de relieve la sentencia del caso Gürtel cuando hace referencia a Rajoy. El hecho de que la justicia haya acreditado la existencia de una “contabilidad en B” en el PP, unido al hecho de que jueces y fiscales hayan aludido a la “falta de credibilidad” del testimonio que prestó el presidente español al respecto hacen necesario que el jefe del Ejecutivo asuma su “responsabilidad política”. Y al no hacerlo, el PSOE presentó la moción como respuesta en vez de “ponerse de perfil”, en alusión a Ciudadanos y su líder, Albert Rivera. Por eso, insistió, la moción de censura no va tanto de ganarla o no, sino de “cumplir con una obligación ética”.

censura, estabilidad y urnas Ante el Comité Federal Sánchez planteó la moción de censura como una dicotomia y llama a los 350 diputados a preguntarse “si Rajoy puede ser ya presidente ¿Sí o no?”. “Se niega a reconocer la verdad: que su tiempo político acabó, que esta legislatura ya nació herida. Y esta sentencia es la primera de otras muchas que van a venir”, zanjó Sánchez. “Y es que está en juego la confianza en la política”, añadió, dejando además entrever cómo el PP ha acudido dopado a varias citas electorales. Así, Sánchez acudirá a dar batalla ante Rajoy el jueves con el programa del PSOE, lo que incluye “todas las leyes de contenido social vetadas” en los últimos dos años por el PP y Ciudadanos, y con el “estandarte” del marco constitucional. Con un planteamiento, dice Sánchez, “serio, riguroso y de defensa de la Constitución y la regeneración democrática”. Censura, estabilidad y elecciones.

Eso sí, un punto, el constitucional, que invalida cualquier apoyo de los soberanistas vascos y catalanes, lo que sumado al rechazo por adelantado de la formación naranja, hace que Sánchez esté abocado al fiasco, y a que Rajoy se lo pueda echar en cara en cuanto lo necesite. “Nos pondremos, por supuesto, en contacto dejando a todos claro que el programa con el que nos vamos a presentar es el proyecto socialista”, incidió la exmagistrada del Tribunal Supremo, para quien a Sánchez “no se le puede echar en cara el apego al poder”, puesto que dimitió como secretario general y como diputado en 2016.

Desde Ciudadanos se le exhorta a que deje de tratar de encaramarse al poder aunque sea por unos meses y que sea la ciudadanía quien hable en las urnas, una vía que busca Rivera al albur de las expectativas que le dan las encuestas. Es decir, si Sánchez no negocia elecciones inmediatas y mantiene la moción con él como candidato, Ciudadanos votará no. Si fracasa la iniciativa del PSOE, la opción preferida de Rivera es que sea Rajoy quien llame a las urnas, aunque no pueda hacerlo hasta que se vote la moción este viernes. Si en cambio Rajoy decide “seguir enrocado”, llegaría el plan B de Rivera: pactar una moción solo para ir a comicios.

Y en todo este callejón sin salida, de donde el líder del PP puede salir otra vez airoso, Sánchez despreció el recurso a los “tópicos” de los populares para ningunearle a él y las descalificaciones al PSOE como la de ampararse en los “terroristas”. “O yo o el caos, dice Rajoy. Pues ni usted, que ya debería haber dimitido, ni el caos”, remató Sánchez, que pidió a los suyos no pronunciarse con “superioridad moral”. “Esta moción es una respuesta constitucional a una situación de emergencia constitucional”, ilustró.