Bilbao - El miembro de ETA Sergio Polo, acusado de ser el autor del atentado que acabó con la vida del comandante del Ejército de Tierra Luciano Cortizo en 1995 en León, se negó ayer a contestar a las preguntas del fiscal y de la acusación popular y particular, que ejercen la AVT y la familia de la víctima, respectivamente, en el juicio celebrado en la Audiencia Nacional. Polo ni siquiera respondió a las preguntas de su abogado. El miembro de ETA, que cumple condena por otros atentados, se enfrenta en esta causa a una petición fiscal de 122 años.
Varios miembros de las Fuerzas de Seguridad del Estado sí que declararon para afirmar que el coche en el que se había colocado la bomba lapa quedó “reventado”. “Solo quedó el chasis y las cuatro ruedas, lo demás estaba reventado”, aseveró uno de los agentes de la Policía Científica que recogió pruebas en el lugar. De la misma forma, ratificó que la potente explosión desplazó el cuerpo del fallecido cuatro o cinco metros y que llegaron a recoger restos del vehículo hasta a ocho o diez metros del lugar del atentado.
Durante el juicio, también se conectó telefónicamente con otros dos etarras que se encuentran en dos prisiones distintas. Ambos declararon hace años que Polo, alias Lur, había pertenecido al comando que atentó en León y que se lo había ordenado la entonces líder de ETA Soledad Iparraguirre, Anboto -actualmente presa en Francia-. Sin embargo, aseguraron no recordar a Polo ni a qué comandos perteneció porque no se acuerdan de todos los miembros de la organización. - E. Press