Bilbao - El día de su presentación en sociedad como aspirante a candidata a lehendakari prefirió no entrar a valorar el reproche sobre “las manos manchadas de cal viva” de Felipe González lanzado meses atrás por el secretario general del partido con el que concurrirá a las elecciones del 25-S, Pablo Iglesias, desde el estrado del Congreso. El asunto le tocaba de lleno, siendo hermana del presunto miembro de ETA, Joxi Zabala, asesinado por los GAL y que fue hallado enterrado bajo ese material hace más de tres décadas. Olvidado ese pasaje, Pili Zabala apuntó ayer preferir el “talante conciliador” con el que Iglesias “intenta conformar un Gobierno alternativo a Mariano Rajoy” a sus referencias hacia el socialismo por haber activado la guerra sucia de los GAL contra ETA.

Partidaria de tender la mano a un socialismo compuesto en la actualidad “por otro tipo de personas” a las de los tiempos de guerra sucia sostenida desde las entrañas policiales del Estado contra ETA, Zabala remarcó que esos hechos pasados merecen “mucha reflexión”. “A las personas hay que darles una segunda oportunidad”, dijo. El PSOE de hoy “no es el del pasado”, abundó sobre un panorama actual en el que, pese a las evidentes dificultades y las desconfianzas mutuas, Iglesias y Sánchez podrían explorar la posibilidad de dejar a Rajoy fuera de juego con un pacto de izquierdas y la ayuda de los nacionalistas.

Cuestionada sobre el escenario abierto en la política estatal, la candidata avanzó no atisbar un escenario peor que la repetición, por vez tercera, de unas elecciones generales, de manera que un Gobierno de Mariano Rajoy sería el panorama “menos malo”. “Las terceras elecciones son lo peor. En esa escala sería mejor otro gobierno aunque fuese el de Mariano Rajoy”, evidenció aún y decantándose por una alternativa dirigida desde la izquierda si el PP fracasa en un intento de investidura.

La teoría de la segunda oportunidad al PSOE también le valió para referirse al candidato de EH Bildu, Arnaldo Otegi, sobre el que pende la posibilidad de la ser inhabilitación. Contendiente en la lucha por Lehendakaritza, consideró que son los ciudadanos los que deben decidir si le quieren o no. “Posiblemente esta persona, como toda persona, habrá evolucionado a lo largo de su vida y siempre es la ciudadanía a quien se le tiene que dar la última palabra”, prosiguió. - DEIA