BILBAO - La ciudadanía vasca es quien mejor se ha posicionado en el nuevo tiempo político tras el cese definitivo de la violencia terrorista, y ansía dar carpetazo definitivo al proceso de pacificación. Así se desprende del último informe, Retratos de Juventud, del Gabinete de Prospección Sociológica del Gobierno vasco, donde, tras entrevistar a 2.165 jóvenes de entre 15 y 29 años y comparar sus respuestas con 4.975 personas mayores de 30 años, se constata que una de las iniciativas que favorecería la consolidación de la paz sería la disolución y entrega de armas por parte de ETA, con una valoración de 7,8 sobre 10 por parte de la primera franja de edad de los interpelados y de 8,1 por parte de la segunda. Seguidamente se sitúa el reconocimiento de todas las víctimas del conflicto (con puntuaciones de 7,4 y 7,6, respectivamente) y el reconocimiento del derecho a decidir del pueblo vasco (7,4 y 7), unas expectativas que aventajan a otros aspectos interconectados como la petición de perdón de los miembros de la banda armada (6,8 y 7), la transferencia de la política penitenciaria a Euskadi (6,3 y 6), el acercamiento de los presos (6,2) y la reinserción de los reclusos de ETA (6 y 6,1).
En este trabajo de campo el 91% de la juventud vasca considera que el Gobierno vasco tendría que intervenir directamente en este escenario de pacificación mediante un diálogo con todas las fuerzas políticas y sociales, mientras que el 59% de los encuestados acredita la participación de los mediadores internacionales, un 58% avala el concurso de las víctimas y un 56% cree que debe tomar parte la propia organización armada. Asimismo, el 71% de los jóvenes (y un 60% de las personas mayores) persigue que en los próximos años se convoque una consulta sobre el autogobierno, sobre todo porque entiende que dar la palabra a los vascos allanaría la convivencia y porque mayores cotas de soberanía favorecerían la situación económica. Paralelamente, el 35% de los menores de 30 años está a favor de la independencia (frente al 24% de los mayores de 30 años), y el 33% opina que respaldaría la secesión “según las circunstancias”.
sentimiento nacionalista Los partidos nacionalistas son quienes más calan entre los ciudadanos vascos, que, según su edad, dividen sus preferencias. Y es que si para los más jóvenes EH Bildu se erige en la formación política que mayores simpatías despierta (4,3 de nota), el PNV es el favorito para la gente de edad más avanzada (4,5). Los jeltzales son la segunda preferencia de las personas que transitan desde la adolescencia a la madurez (4), al igual que la coalición abertzale lo es de aquellas con más años (3,4). Ambas franjas de edad coinciden en situar al PP como el partido peor valorado (con puntuaciones de 1,6 y 1,9), en una escala donde Podemos no entra en liza al no formar parte del espectro en el presente estudio. Lo que está claro es que ninguna fuerza consigue el aprobado, una muestra de la desafección de la calle respecto a la política, sobre todo entre la juventud, y es que al 75% le interesa poco o nada y un 56% no siente filia por ninguna formación. Jóvenes y mayores abrazan a Iñigo Urkullu como el político mejor valorado al superar el 5 de calificación entre el 48% del primer sector poblacional y el 58% del segundo, respectivamente. Por detrás, se colocan Patxi López, Laura Mintegi, Arantza Quiroga y Gorka Maneiro. La encuesta describe también la situación política vasca, calificada de mala o muy mala por el 58% de los menores de 29 años, porcentaje que se eleva al 86% si se les habla del conjunto del Estado.
Este estudio señala igualmente las prioridades que los ciudadanos piensan que debería manejar el Ejecutivo del PNV, lideradas por la lucha contra el desempleo (76%), gestionar la crisis económica (33%), combatir la corrupción y el fraude fiscal (20%), garantizar la educación pública (15%) y fomentar la vivienda y la lucha contra los desahucios (10%). No en vano, a pesar de que el 60% de la juventud se considera bastante feliz (y un 29% muy feliz), su mayor preocupación reside en los problemas del mercado laboral. Por eso, el 45% de los jóvenes se ha planteado buscar un empleo fuera de Euskadi, y un 41% ha sopesado incluso salir del Estado español para dar con un trabajo. En verdad, las perspectivas que intuyen no son nada halagüeñas, ya que el 44% vislumbra que su salud económica empeorará dentro de un año y solo un 29% confía en mejorarla. Preguntados por las áreas en las que reducirían gasto público, mayoritariamente piden recortar el número de altos cargos, sueldos y gastos de representación.
Si la política suscita rechazo, apreciación que se ha ido sedimentando o acrecentando consecutivamente en distintos sondeos, entre la ciudadanía en general existe a su vez una gran desconfianza en el ámbito de la Justicia. Si un 29% de los vascos aprecia que funciona mal (un 10%, que muy mal), un 21% apunta que la imagen del conjunto de la Administración de Justicia es “más bien anticuada”. Dato extraído de entrevistar a 2.576 vascos mayores de 18 años, para los que las razones de ese deficiente comportamiento se ubican en la lentitud y los retrasos (38%), las decisiones y sanciones inadecuadas (30%), desigualdad en el trato (15%), corrupción, incompetencia y falta de confianza en el personal (10%) y costes elevados (5%). El 21% de los interpelados destaca que el funcionamiento de los tribunales de Justicia ha empeorado en los últimos tres años, mientras que preguntados por la labor desarrollada por los funcionarios, el 34% alude a que lo hacen bien, un 26% dice que la realizan mal y un 5%, muy mal.