MUXIKA - Había muchas posibilidades o, quizás, ilusiones, pero no pudo ser. Un equipo de la Sociedad de Ciencias Aranzadi arropada con un equipo humano de detectores de metales hicieron ayer dos búsquedas diferentes en el municipio de Muxika, pero ambos intentos resultaron sin fruto. En uno se buscaba a un republicano de Elgeta y en el otro a tres anarquistas, quizás del batallón Malatesta. Los proyectos contaban con el trabajo acordado de prospección de Derechos Humanos, Aranzadi, el Instituto Vasco de Medicina Legal y el Ayuntamiento local. Los trabajos los coordinó ayer el reconocido de forma mundial médico forense Paco Etxeberria.
El primer intento se llevó a cabo en el cementerio de Muxika. En un terreno que ahora está dentro del camposanto, en su parte trasera, junto a los nichos; y fuera, en una landa anexa a lo que pudo ser la pared del cementerio usada como paredón.
Una excavadora removió las tierras del interior del camposanto, otrora extramuros donde se enterraba a los republicanos. Mientras tanto, fuera, diferentes personas con detectores de metales hallaron una bala. Rápido supieron qué era: “Es una 7,92 x 57 de fabricación alemana utilizada por los fascistas”, explicaron. Minutos más tarde, dieron con un cráneo y se esperaba que hubiera algo de metal a su lado. Aparece otro hueso, y Etxeberria confirma que es parte de un “fémur”.
La búsqueda se comienza a hacer con más detalle y aparece un segundo cráneo. También dos barras de hierro que podrían ser de un vallado de animales. Todas las ilusiones puestas por familiares del soldado republicano de Elgeta que se habían trasladado a Muxika vuelven a esfumarse. “Lo más seguro es que en alguna limpieza de osarios tiraron en su día por encima del muro del cementerio estos restos”, sopesan. Obtienen fotografías para el informe y se pasa a sellarlo.
Con todo, Jimi Jiménez, de Aranzadi, concluye en declaraciones a este diario que “el sitio no es. No hay ninguna evidencia ni en la zona del cementerio”. Es más, tras meter la excavadora en el lugar de Zubieta, tampoco. “Tal vez alguien del pueblo de avanzada edad pueda hablar con el alcalde -Aitor Galdaraz estuvo presente- y si hay alguna evidencia más, volveríamos, como ya estuvimos también en 2002 haciendo un informe preliminar, pero esta vez el resultado ha sido negativo. Una pena”, finaliza.
El caso del joven de Elgeta
El registro civil de Muxika informa de que un joven de Elgeta fue hecho prisionero de guerra en Bizkargi y fusilado en el cementerio del primer pueblo citado. La familia explicó a Aranzadi cómo en el momento en el que estalla la Guerra Civil, este muchacho de 23 años llamado Pablo Ansoategi Zubierrementeria estaba haciendo el servicio militar.
La guerra le cogió de servicio en su caserío en Elgeta y, al parecer, el joven lo que hizo es unirse a un batallón republicano del que se desconocen las siglas políticas a luchar contra los golpistas sublevados contra la Segunda República. Se estima que fue hecho prisionero de guerra por los a la postre franquistas. “Fue reconocido, al parecer, por unos requetés y le dieron muerte”, explican desde Aranzadi.
Los familiares de este joven ponían en común los pocos datos que sabían, que habían heredado. “Quisieramos saber más, que aparezca su cuerpo. De jóvenes, recuerdo cómo la madre sufría cuando hablaba de ello, de su desaparición”, daban testimonio Felipe y Arrate Narbaiza y Ana Mari Zubiarrementeria, acompañada por una edil del Ayuntamiento de Elgeta.
Etxeberria es consciente de la “incertidumbre” -califica- que crean estos intentos de búsqueda. El alcalde local, Aitor Goldaraz, recordó que este intento se hizo por una solicitud de una familia y que el Ayuntamiento que representa está comprometido en “seguir investigando hasta donde sea posible”. Jiménez insiste: “Ojalá algún vecino recuerde algo y demos con ellos”.