Madrid - El fiscal defendió ayer ante el Tribunal Supremo que no hubo colaboración con ETA en el chivatazo de los policías Enrique Pamies y José María Ballesteros en el denominado caso Faisán, lo cual contradice su posición durante el juicio de este caso que celebró en 2013 la Audiencia Nacional. El Supremo celebró ayer la vista de los recursos contra la sentencia que condenó al exjefe de Policía del País Vasco Enrique Pamies y al inspector jefe José María Ballesteros a un año y medio de prisión y cuatro de inhabilitación en su puesto por revelación de secretos cometida mediante el chivatazo a ETA en el bar Faisán en 2006.

La Fiscalía de la Audiencia Nacional acusó de colaboración con ETA a los dos mandos policiales procesados en el juicio, pero expresó que lo hacía por orden expresa del fiscal general del Estado, Eduardo Torres-Dulce, y dio al tribunal la alternativa de condenar por revelación de secretos, opción que finalmente fue la aceptada por la sentencia. La Audiencia entendió que el chivatazo no fue una "acción directa de los acusados para favorecer una actuación puntual" de la banda, sino que la intención era "no entorpecer el proceso que estaba en marcha para lograr el cese de la actividad de ETA".

En la vista de ayer, el fiscal Antonio Barranco defendió la opción adoptada por la Audiencia Nacional en una alocución en la que argumentó que no hubo colaboración porque la finalidad nunca fue ayudar a ETA. Barranco llegó a recordar al tribunal que Pamies "llevaba mucho tiempo en la lucha antiterrorista contra ETA". Ese factor, unido a las conversaciones grabadas a los implicados en las que se aludía precisamente al proceso de diálogo con ETA, justifica pensar que su conducta no fue para beneficiar a la banda, según el fiscal. "Ni la intención era ayudar a ETA, ni la conducta objetiva favoreció a la banda, sino que perseguía precisamente lo contrario", aseguró el fiscal.

Por su parte, tanto la Asociación de Víctimas del Terrorismo (AVT) como Dignidad y Justicia, que ejercen la acusación particular, argumentaron que los policías sí deben ser condenados por colaboración al considerar que fuera cual fuera su finalidad, lo que hicieron, al facilitar información a un miembro de la banda, benefició a esta.

Juicio en París Por otro lado, los tres miembros de ETA que están siendo juzgados desde ayer en París -Ainhoa Ozaeta, Igor Surbiola y Jon Salaberria- se negaron ayer a responder a las preguntas del tribunal sobre su actividad en la organización armada, aunque sí accedieron a dar detalles sobre su recorrido personal.

Ozaeta solo accedió a intervenir sobre los hechos objeto del sumario para descargar de responsabilidad al jubilado francés Louis Fort, quien también se sienta en el banquillo inculpado de haber colaborado con los cuatro miembros de ETA al alquilarles la vivienda en la que fueron capturados. Igor Suberbiola justificó su negativa a explicarse porque, según señaló, "se me está juzgando como militante político". Por su parte, Jon Salaberria se escudó en un "no tengo nada qué decir sobre eso" a las preguntas sobre su actividad clandestina. - Efe