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La vida de Antón en la Guerra Civil

Una novela de Alicia Ayala relata la biografía de su padre, miliciano del batallón Barakaldo

La vida de Antón en la Guerra CivilJuan Lazkano

Bilbao

LA amplia oferta actual de referencias bibliográficas sobre la Guerra Civil cuenta desde esta semana con una publicación más en los escaparates de las librerías: Antón en la Guerra Civil (Ediciones Beta). Es obra de Alicia Ayala Velasco (Barakaldo, 1947). La autora define su trabajo como la biografía novelada de su padre, Antón Ayala, soldado miliciano que formó parte del Ejército de Euzkadi en el Batallón Barakaldo, socialista, según constata en declaraciones a DEIA.

Las 235 páginas impresas en Bilbao narran la Guerra Civil a través de los ojos de un muchacho de clase obrera que verá su juventud partida en dos. El protagonista vive con ilusión los cambios sociales que se producen en los años precedentes al golpe de estado contra la Segunda República. Es entonces cuando se alista voluntario para su defensa. Como miliciano del Batallón Barakaldo combate en diferentes puntos del Frente del Norte. Derrotado el Ejército Vasco por los militares sublevados contra la democracia, es hecho prisionero de guerra en Santander y, a partir de ese momento, recorrerá distintos campos de concentración hasta llegar a cumplir el servicio militar en el Batallón de Regulares de Melilla.

La autora del libro, Alicia Ayala, que conoció represalias -con cárcel incluida- por sus ideas socialistas y ugetistas, una vez terminado el periodo de vida laboral activa creyó llegado el momento de escribir alguna de las muchas historias que, como explican desde la editorial bilbaina, se agolpaban en su cabeza. Sabía lo que quería contar e inició la tarea con ilusión. Así, "pronto descubrió que carecía de la técnica precisa para componer algo atractivo", agregan. En su ayuda, conoció un taller de escritura, del que es asidua asistente. Fruto de ello es Antón en la Guerra Civil, relato con el que "quiere ayudar a recordar una generación de jóvenes llenos de esperanza, cuyas ilusiones se estrellaron contra las máquinas bélicas de los generales golpistas de 1936".

El nuevo volumen muestra en su portada episodios fotográficos de la Guerra Civil bañados con una bandera republicana española, la tricolor, que tras el franquismo se transformó en roja y gualda. El libro arranca de la siguiente forma: "Se llama Antón, Antonio como su abuelo. Es el hijo mayor y ejerce como tal, es decir, que en muchas ocasiones recibe la reprimenda de su padre por las fechorías de sus hermanos pequeños". La escritora le define como de unos 14 años, el pelo rizado, casi castaño... Y en el primer párrafo ya se cita a Barakaldo: "Hoy son las fiestas patronales de Baracaldo, el día de la Virgen del Carmen, 16 de julio de 1932".

El segundo párrafo arranca del siguiente modo: "¿Pertenece a una familia católica? No, en absoluto, su padre es un anticlerical convencido, socialista y de la UGT. No obstante, hoy tiene que trabajar en el horno alto, ha salido un buen día de verano y eso es motivo más que suficiente para que, junto con su mujer e hijos, se acerque a las campas en que se va a celebrar la romería y pasar un día de asueto, que no hay muchos". De esta forma da comienzo la nueva referencia y la trayectoria literaria de Alicia Ayala Velasco. Es su primera novela y cuenta con ideas para escribir una segunda, sobre la vida de su madre, una mujer de familia de derechas "reconvertida a una ideología de libertades", matiza la escritora en referencia al socialismo.

UGETISTA Ella trabajó desde 1976 en la puesta en marcha de UGT en Bilbao: "Hacía de todo, abrir las puertas, los carnés, organizar las elecciones...". Se jubiló en 1988. Fue entonces cuando pensó que podría poner en marcha su engranaje creativo y llegar a escribir una novela, logro que ya es una realidad que ha tomado vida en papel. Para escribir la historia de su padre, comenzó a documentarse porque cuando el miliciano contaba sus vivencias, entonces, "por desgracia, no le hacíamos mucho caso".

Sin embargo, entre los recuerdos de la memoria y los documentos que fueron floreciendo por diferentes archivos la historia se acabó tejiendo. Además, se dedicó a ver películas como Libertarias, 13 rosas, Alas de mariposa, El lápiz del carpintero, Soldados de Salamina o, también, Salvad al soldado Ryan, enumera. "Recreo la historia de mi padre, en la que quedan huecos. Algunas partes son ficticias, noveladas, como por ejemplo la parte en la que se narra su iniciación en el sexo... Pretendía no solo dar a conocer la batalla sino cómo eran los jóvenes de entonces y de una forma amena, no que fuera un ladrillo", aporta Ayala.

La autora comenzó a escribir el libro, su memoria familiar paterna, en 2008 y lo finalizó en 2011. "Pero llevo documentándome toda la vida", apunta. Antón nació en Barakaldo, en una de las casas de las hileras de viviendas de Zuazo que aún existen. Fue un afiliado de Juventudes Unificadas y del PSOE. "Mi padre siempre decía que en la guerra los mandos les mandaban tirarse hacia atrás y eso a él no le gustaba nada. Le daba coraje", señala la hija del protagonista.

Ayala padre luchó, según los datos que ha podido encontrar sobre el Batallón Barakaldo, en Markina-Xemein, en Eibar, en Lemoa... El libro también cita los bombardeos fascistas sobre Durango de marzo y abril de 1937. "Fueron detenidos en Santander, en la plaza de toros", explica. "Mi padre contaba que allí les tuvieron días sin comer y llegaron los italianos -fascistas- y les dieron pan blanco, por lo que todos se tiraban a por ello, salvo mi padre y otro que permanecieron sentados, a los que les subieron dos panecillos", apostilla.

A REGULARES De MELIlLA A partir de ese momento, recorrió "distintos campos de concentración". Incluso, le enviaron a cumplir el servicio militar en el batallón de regulares de Melilla. "Mi padre no hablaba mal del tiempo que estuvo allí porque date cuenta que tenían para comer", explica Alicia. De aquellos tiempos, la hoy residente en Santurtzi conserva una caja que Antón envió a su hermana. El miliciano antifranquista se casó con una mujer alavesa de Montoria, de familia de derechas, llamada Abelina Velasco.

Hoy su hija Alicia recuerda aquellos tiempos y los deja escritos para la memoria pública en Antón en la Guerra Civil. Ella misma también aportó a la lucha antifranquista. La escritora fue encarcelada en dos ocasiones por su trabajo de profesora en escuelas de Francia. "Había policías infiltrados y al volver aquí nos detenían", explica. Primero pisó prisión durante tres meses junto a Blanca Pérez y el secretario general de juventudes socialistas, Justiniano Barreda, de Sestao. La segunda vez, el tribunal falló cuatro años de cárcel contra su persona, pero se fugó y vivió exiliada en Alemania. Regresó al morir Franco, "un criminal que vino con los moros a machacar todo con lo que se encontraba. Tropelías como entrar en un pueblo violando... como se hacía en la Edad Media. En mi casa no se podía hablar de forma jocosa de tal elemento", explica la autora, que presentó su libro el pasado jueves en la sede de UGT en Bilbao.