bilbao. El Juzgado de Instrucción número 11 de Madrid, en funciones de guardia, decretó ayer la libertad provisional de los once detenidos tras los incidentes que tuvieron lugar en la librería Blanquerna, sede del Govern catalán en Madrid, coincidiendo con la celebración de la Diada. A los detenidos se les imputa la comisión de los presuntos delitos de lesiones, atentado y amenazas. El juez además les ha impuesto la prohibición de aproximarse a menos de cien metros del establecimiento donde se desarrollaron los hechos, según informó el Tribunal Superior de Justicia de Madrid en un comunicado.

Uno de los ultras que el pasado miércoles atacaron la librería Blanquerna ya fue condenado en 2000 por la Audiencia Nacional por un intento de atentado contra los familiares de los presos de ETA internos en centros penitenciarios madrileños. Se trata de Iñigo Pérez de Herrasti Urquijo, que a sus 56 años era el mayor de los miembros de la extrema derecha que tomaron parte en los hechos. Pérez de Herrasti fue detenido en 2000 junto con tres dirigente del Partido Alianza Nacional, que antes había liderado Ricardo Sáenz de Ynestrillas. En el momento de su detención la policía se incautó de dos pistolas en su domicilio y varios cócteles molotov en su coche. Según declararon los detenidos, su objetivo era atentar contra los familiares de los presos de ETA internos en centros penitenciarios de la comunidad madrileña. Por aquellos hechos Pérez de Herrasti fue condenado a 14 años de prisión, pese a que la petición fiscal era de 18 años.

La madre de Iñigo Pérez de Herrasti, Begoña Urquijo Álvarez de Eulate -fallecida en 2007- fue durante muchos años tesorera y vicepresidenta de Alianza Popular. Era prima del actual ministro de Defensa, Pedro Morenés. Además, Pérez de Herrasti es cuñado de Iñigo Méndez de Vigo, actual secretario de Estado para la Unión Europea. Una hermana de Iñigo Méndez, Beatriz Méndez de Vigo, es la secretaria general del Centro Nacional de Inteligencia (CNI).

Mientras los detenidos comparecían ante el juez, alrededor de 150 personas se concentraron en la Plaza de Castilla donde les recibieron a la salida al grito de: "No nos engañan, Cataluña es España". "Patria, Justicia y Revolución" y "Arriba España" fueron otras de las consignas que lanzaron, mientras portaban banderas de España y una pancarta en la que se podía leer: Son patriotas. No terroristas.

Uno de los abogados de los detenidos, Pedro Pablo Peña, declaró a los medios de comunicación que el presidente del Gobierno español, Mariano Rajoy, es un "traidor" y defendió que la entrada de sus clientes a la sede cultural del Govern catalán en Madrid fue un "acto patriótico".

Protesta de eurodiputados En este contexto, varios eurodiputados denunciaron ayer ante la Comisión Europea "la agresión" de los ultras y reclamaron la intervención del organismo europeo "para evitar más casos como este en el futuro".

Los eurodiputados Ramón Tremosa y Salvador Sedó (CiU), Izaskun Bilbao (PNV), Raúl Romeva (ICV), Maria Badia y Raimon Obiols (PSC), Iñaki Irazabalbeitia (en representación de ERC) y Willy Meyer (IU) reclamaron al Ejecutivo comunitario que "actúe y obligue al Gobierno español a cumplir las normas europeas" que obligan a "perseguir penalmente toda incitación al odio contra otros grupos humanos así como la exaltación de regímenes autoritarios como lo fue el franquismo".

Por otro lado, la vicepresidenta del Gobierno español, Soraya Sáenz de Santamaría, anunció ayer que el ministro del Interior, Jorge Fernández Díaz, comparecerá en el Congreso de los Diputados a petición propia para informar del ataque a la librería. En su comparecencia, Sáenz de Santamaría destacó la "agilidad" de la policía para detener a los autores del ataque ultra.