GASTEIZ. "Es necesario hacer un alto en el camino para que todos podamos reflexionar hasta septiembre". El dirigente socialista Rodolfo Ares echó ayer el telón al primer acto en la participación de su partido en la Ponencia de Paz y Convivencia tras cuatro reuniones en las que los socialistas no consideran que se hayan cimentado las "condiciones básicas" para seguir avanzando.
La reanudación de los encuentros una vez culminado el parón estival, el 13 de septiembre, supondrá un regreso al inicio y, a su vez, un punto de inflexión para comprobar el estado de salud de este foro parlamentario lastrado por la negativa socialista, pero pese a las dificultades constatadas por el PSE, tanto esta formación como el resto de los integrantes de la ponencia, EH Bildu y el PNV, mantienen firme su intención de seguir labrando puntos de encuentro.
Ares recordó que su partido fue uno de los impulsores de este proyecto, pero argumentó que la incapacidad de la izquierda abertzale para compartir un "suelo ético y democrático básico" es un escollo insalvable hasta la fecha para seguir avanzando. "Podemos ir más despacio, pero no dar pasos atrás", reiteró el exconsejero de Interior por segunda vez esta semana. En su exposición, tras un encuentro que superó la hora y media, el exconsejero de Interior recurrió a razones poco novedosas para mostrar su distanciamiento con la corriente política representada por EH Bildu. Sacó de nuevo a relucir la participación de aforados de esta coalición en las protestas contra la detención de una colaboradora de ETA y las imágenes de Laura Mintegi al "intentar coartar la labor de la Ertzaintza", entre otros ejemplos argumentales alineados en un mismo eje.
Todo ello con un mensaje de fondo, el de la paralización de la ponencia, que paradójicamente Ares unió a una invitación al PP para que se sume a este grupo y complete la representación de las cuatro grandes familias políticas vascas. La intervención del exconsejero sorprendió a los compañeros de mesa, aunque no tanto por su mensaje, sino por recurrir a argumentos que, según las versiones coincidentes de PNV y EH Bildu, no estuvieron presentes en el encuentro. Es más, el portavoz de los jeltzales en la Cámara, Joseba Egibar, insinuó que tras esta decisión bien pudiera convivir la inmersión de Patxi López en la carrera por suceder a Alfredo Pérez Rubalcaba al frente del PSOE.
Egibar desmontó el argumento de la oposición de EH Bildu al "suelo ético" como base justificada de un freno al trabajo de la ponencia y recordó que la coalición admite el 95% del enunciado que sustenta este acuerdo. El único matiz que le separa del resto es que mientras PNV y PSE suscriben que la memoria debe ser "un elemento de deslegitimación del terrorismo", la coalición soberanista pretende que se añada la coletilla "y de todas las violencias". Incluso la propia portavoz de esta bancada, Laura Mintegi, asumió haber admitido "avanzar por mayorías" como la que representan PNV y PSE en esta ponencia y compartió que se puede seguir adelante sin conseguir que se modifique el texto en el que se basa el "suelo ético". Frente al afán de los socialistas por ganar tiempo, PNV y EH Bildu manifestaron su convicción de que la ponencia seguirá su marcha pese a la postura "refractaria e impenetrable" de los socialistas vascos, según calificó la propia Mintegi.
Desde fuera de este foro de trabajo, el PP observó en la reacción de los socialistas un ejemplo del fracaso de la ponencia. "Murió el primer día; unos y otros reconocen en privado que esa ponencia está muerta", destacó el portavoz del grupo parlamentario popular, Borja Sémper.
La cerrazón del PSE a avanzar en la Ponencia de Paz y Convivencia y comenzar a dotar de contenido los encuentros parlamentarios evitó ayer que se plantearán más comparecencias -la primera y única hasta la fecha ha sido la del secretario de Paz y Convivencia, Jonan Fernández-, pese a que PNV y EH Bildu llevaron hasta el encuentro de ayer sus peticiones, según ha podido saber este periódico.
informe derechos humanos Por parte de los jeltzales, la intención era que acudieran al foro legislativo los autores del informe sobre las vulneraciones de derechos humanos ocurridos desde 1960 hasta 2013 en relación al contencioso vasco, monseñor Juan María Uriarte; el exedil del PP en Bilbao, Ramón Múgica; el exdirector de Derechos Humanos del Gabinete Ibarretxe, Jon Mirena Landa; y la exjueza Manuela Carmena. EH Bildu, por su parte, pretendía llamar a comparecientes relacionados con el mundo de las víctimas y de la política penitenciaria.