Bilbao. El consejero vasco de Interior Rodolfo Ares aseguró ayer que "no ha habido ni habrá política de enchufismo" en la Ertzaintza mientras él esté al frente de la Policía vasca y, tras rechazar estas acusaciones por parte de ErNE, las criticó por su dureza y por estar hechas con "trazo grueso".

En declaraciones a Europa Press, Ares se refirió, de esta manera, a las manifestaciones vertidas la semana pasada por el sindicato mayoritario de la Ertzaintza, en las que denunciaba "enchufismo" tras conocer la resolución de las Comisiones de Servicio por parte del Departamento. Tras tener conocimiento de este hecho, el sindicato exigió la dimisión del viceconsejero de Seguridad, Miguel Buen, y del director de Recursos Humanos, José María Echegaray, y a advertir de que habrá una "conflictividad" no conocida hasta ahora en la Ertzaintza.

Según indicó , "no hay absolutamente ningún enchufismo" y, además, aseguró que existen "muchas menos" comisiones de servicio que las que existían antes y, "en todo caso, las imprescindibles para mantener determinadas unidades y determinados servicios en la Er-tzaintza". Además, Ares señaló que se está realizado una revisión por si ha habido "algún error", ya que, es una asignación de plazas "muy elevada" y, por tanto, "puede haber algún problema". El consejero recordó que ese procedimiento de asignación de plazas se puso en marcha, "precisamente, por reivindicación de los sindicatos", e insistió en que revisarán "lo que haya que revisar".

Contestación Para el consejero de Interior, el sindicato ErNE está siendo "muy duro" durante toda la legislatura con su Departamento. "Si se miran las hemerotecas se ve que en muchas ocasiones a lo largo de estos años ha pedido ceses, dimisiones, ha hecho comunicados de trazos muy gruesos en relación con una gestión que, desde luego, no tiene parangón al frente de la consejería de Interior", señaló. Ares indicó que cuando llegaron a Interior asumieron un Departamento en el que todos los mandos de la Ertzaintza estaban asignados por "designación libre" y ahora "todos prácticamente han sido asignados en competición entre los que han querido presentarse, valorando sus méritos y capacidad profesional".

También destacó que, cuando llegaron al Gobierno vasco, la Er-tzaintza contaba con "casi 350 agentes menos y, en la actualidad, se ha llegado a los 8.000". Ares añadió que su Departamento ha realizado "reformas y cambios fundamentales para hacer una policía moderna del siglo XXI". "Los datos demuestran no solo la eficiencia y el buen trabajo de la Ertzaintza en la lucha contra el terrorismo y la violencia callejera, sino también en la lucha por conseguir la normalidad en todos los espacios públicos y conquistar para la convivencia y la libertad todos los lugares incluidos los festivos", apostilló.

Del mismo modo señaló que, en todo caso, "siempre hay discrepancias" y lo que está ocurriendo es una "colisión de intereses", que habrá que intentar "armonizar". "Pero en absoluto ha habido ninguna política de enchufismo ni la va a haber mientras yo esté al frente del departamento", manifestó.

Otro frente A Rodolfo Ares, sin embargo, se le abrió ayer un nuevo frente. A través de una nota de prensa, el sindicato ELA exigía al consejero de Interior que se posicione ante la privatización de las prisiones puesta en marcha por los responsables del Ministerio del Interior del Ejecutivo de Rajoy y al Gobierno vasco que reivindique la transferencia "total" en esta materia. ELA denunció que se trata de "una nueva iniciativa ligada con los recortes y la potenciación del negocio privado", así como de "un burdo ataque a lo público".

Por ello, el sindicato abertzale emplazó a "todas las organizaciones sindicales del sector a implicarse en movilizaciones para impedir" la privatización de las prisiones, a la vez que llamaba a los trabajadores a "responder contra esta privatización de servicios públicos genuinos".

ELA, además, acusó al Gobierno español de escudarse en mensajes tramposos, manifestando, asimismo, que el objetivo del PP es el de proveer de puestos de trabajo a los escoltas que se han quedado sin el.