MATIXTXAKO. AYER, como en aquel ya épico marzo de 1937, las fuerzas demócratas y los civiles estuvieron juntos y presentes en el cabo de Matxitxako. Solo faltó la derecha. En un acto de homenaje a aquellos gudaris de la mar, faltó una vez más representación del Partido Popular y UPyD. Tal día como ayer hace 75 años se produjo el combate marítimo más recordado en la memoria vasca. La batalla enfrentó a la Marina de Guerra Auxiliar de Euzkadi, fuerza militar del gobierno autónomo vasco fiel a la República, y el crucero Canarias, perteneciente a la marina franquista golpista. El senador jeltzale, Iñaki Anasagasti, también lo vio así: "Ha sido un acto redondo. Hemos estado todos, menos la derecha, que casualmente no viene nunca y luego hablan de la memoria histórica: desde el PSE hasta Amaiur, incluso el presidente del EBB del PNV, Iñigo Urkullu. Lástima que van desapareciendo, pero quedan los hijos y nietos de estos gudaris. Lo importante es seguir recordando que en un momento determinado aquí una vez David luchó contra Goliat", comparó.

No faltó tampoco quien que se estima que es el único miembro de la Marina Auxiliar vivo de las 920 personas que sirvieron en ella, Juan Azkarate (Bermeo, 1922). Fue el máximo protagonista y permaneció emocionado, aunque trataba de hacerse el gudari, más erguido que nunca. Por dentro, recordaba a sus compañeros de la mar, a su madre que se ahogó en Mundaka cuando regresaba de ir a por víveres en barco a Gernika teniendo él 13 años y a Rosario, su mujer, que falleció hace justo un año, y por la que ayer estuvo presente en su misa memorial. Pero, Azkarate no estuvo solo, además de su familia, también hubo representación de otros familiares de aquellos marineros. Así, el aurresku lo bailó Anton Alaña, hijo de Antonio Alaña Ríos, de JSU, y que se enroló en el Iparreko, Gipuzkoa y Císcar. "Aquí estoy, estoy vivo vivo, sobre tierra vasca y frente al mar. Quiero ser euskaldun y no estar bajo nadie", dedicó en euskera a su padre y compañeros de éste. Tras cantar el Euzko gudariak, tres "Gora Eskuadi Askatuta" fueron obra de Koldo Torre, hijo de Pedro Torre, tripulante del Nabarra. Aun en silla de ruedas quiso estar presente la mujer de Francisco Quintana, del Nabarra, Gloria Carpintero.

Colectivos de memoria histórica tampoco faltaron. Fue el caso de cinco representantes de la asociación Sancho de Beurko. "Luis Aguirre, que firmaba como Sancho de Beurko, tuvo siempre un especial admiración por la Marina Auxiliar, uno de los mitos más arraigados de Euskadi. El combate de Matxitxako es el hecho de armas más brillante de todos los combates navales no solo de Euskadi, sino de todo el Estado, desde tiempos de Trafalgar", valoró el historiador Guillermo Tabernilla y fue más allá: "Enfrentarse un bacaladero a un artillero, hasta el límite del heroísmo: morir con las botas puestas, sin rendirse ni arriar la bandera…, hasta Pérez Reverte ha escrito sobre ello y, por ejemplo, hay cuadros alegóricos en Ajuria Enea sobre este combate. Le falta una película y lo reconoce todo el mundo".

En el acto se recordó a todos los fallecidos de la marina vasca durante la contienda y a los del último año. Así, el portavoz de Matxitxako Elkartea, Juan Pardo San Gil, citó a un colaborador cercano del colectivo Joseba Iñaki Unanue y a los gudaris Santos Fradua del Iparreko Izarra, Juan de Dios Telletxea, último superviviente del Nabarra, Eusebi Vega, viuda de José Luis Camio, soldado del Gipuzkoa e Iñaki Durañona, oficinista de la Marina Auxiliar. "No los olvidaremos" en el que Pardo defiende como "camino de normalización en un país que lo pide a gritos".