BILBAO. Las relaciones internas entre los miembros de la dirección de EITB, la llegada inminente de Pello Sarasola -fijada para el 10 de octubre- como director de contenidos de Euskal Telebista y las conclusiones del informe Urgell pronostican un otoño caliente en el seno de la radiotelevisión pública vasca. Mientras las discrepancias entre Alberto Surio y Miguel Ángel Idígoras aumentan, las audiencias de la cadena bajan día a día y arrojan resultados más que preocupantes. Son muchos los que ven el futuro de Idígoras fuera de Euskadi -en RTVE-, y sin esperar a que acabe la actual legislatura del Gobierno vasco. Las elecciones del 20-N y una victoria del PP pueden ser su tabla de salvación.
El consejo de administración del ente aprobará el martes el nombramiento de Pello Sarasola como director de Contenidos de ETB. Es una figura nueva en el organigrama de la cadena, y en sí no tendría que ser problemática si no fuera porque su cargo va a estar al mismo nivel que el del director de Euskal Telebista Miguel Ángel Idígoras. Este planteamiento, abanderado personalmente por Alberto Surio, deja a Idígoras sin funciones y sin capacidad de decisión.
EITB se ha convertido en los últimos meses en un hervidero de rumores sobre el futuro de Miguel Ángel Idígoras. La fatal de sintonía con el director general se ha puesto en evidencia en diversas ocasiones. Se ha hablado de una posible dimisión, aunque esta parece descartada por el momento. Lo que está claro es que desde finales de 2010 sus funciones cada vez son más reducidas y sus apariciones se tornan más escasas. No controla el área de informativos y, con la llegada de Sarasola, también va a perder el control de contenidos y programación.
Distintas fuentes de EITB han asegurado a DEIA que Idígoras tiene perfectamente perfilado su futuro y que solo le queda esperar a que el PP gane las elecciones el 20 de noviembre: "Tiene excedencia forzosa en TVE, pero no quiere volver a la redacción de Madrid. Su puesto anterior, la corresponsalía de Londres, está ocupado, y parece que no tiene muchas posibilidades de recuperarlo. Él está a la espera de que gane el Partido Popular para volver a Televisión Española en un cargo de dirección", aseguran desde dentro y fuera de Euskal Telebista.
La relaciones de Idígoras con la plantilla de ETB tampoco han sido fluidas y ha habido enfrentamientos de diverso tipo, con el cese de Ane Miren Lizarralde, Marian Etxeberria y Sonia Hernando como punta del iceberg. No ha acertado con las parrillas de programación. Ninguno de los programas que ha puesto en marcha ha funcionado. Las empresas vascas del sector audiovisual no han tenido sintonía con él y con su asesor Julián Pavón. "Siempre ha preferido los productos de fuera y ha quitado programas que funcionaban. Tiene un trato muy difícil", aseveran desde las productoras.
Los primeros problemas de Idígoras en ETB se desencadenaron en octubre de 2009, tres meses después de ocupar su cargo. La emisión de un vídeo sobre la detención de dirigentes de la izquierda abertzale ilegalizada se saldó con la destitución de dos editoras y la dimisión de los responsables de las áreas de política y economía. Las relaciones con los profesionales de la información empezaban a resquebrajarse.
La redacción de ETB ha sufrido desde 2009 muchos vaivenes: cambios de editores, de jefes de áreas, imposiciones editoriales que han puesto en pie de guerra a los equipos informativos, apercibimientos a redactores y, en general, un ambiente de tensión y enfrentamientos. En otoño de 2010, Juan Carlos Viloria -hasta ese momento editorialista del grupo Vocento-, llega e ETB como jefe de política y subdirector de informativos no diarios.
La elaboración de un vídeo sobre el aniversario del Estatuto de Gernika enciende de nuevo la mecha del conflicto en la redacción de ETB. Una redactora elabora un vídeo que no es el del agrado de Viloria, y este le insta a que lo modifique bajo otro prisma editorial totalmente distinto. La periodista se niega a trabajar al dictado y el vídeo es encargado a una persona con contrato eventual que tiene que admitir las condiciones impuestas por la dirección. El tema llega al Consejo de Redacción y al comité de empresa. La reacción de Idígoras no se hace esperar y amenaza con sancionar a dos redactoras aunque, finalmente, se limita a un apercibimiento. La queja llega hasta Patxi López, aunque no hubo respuesta pública por su parte.
ALEJADO DE INFORMATIVOS La tensión de la redacción obliga a Alberto Surio a tomar las riendas de esta área. En las reuniones con el Consejo de Redacción deja de aparecer Idígoras y es el director general quien lleva personalmente las relaciones con los representantes de los periodistas de ETB. "Desde que él no está por aquí la situación es más tranquila. Pero el daño ya está hecho. No hay motivación y tampoco ganas. Falta liderazgo informativo y eso se nota", señalan desde la redacción de ETB. Miguel Ángel Idígoras pierde a finales de año una de las funciones principales de su cargo, como es el control de los informativos.
Cuando él desembarcó en la cadena, los informativos de ETB eran líderes en Euskadi, pero solo necesitó seis meses para que pasaran a ocupar la tercera posición. En estos momentos, los Teleberri se sitúan después de TVE y Telecinco y, en ocasiones, también por detrás de los de Antena 3: "Dejó bien clara su línea editorial según llegó, y se apresuró a cumplir lo que estaba escrito en el texto del acuerdo de bases entre el PSE y PP. Borrar todas las señas de identidad de Euskal Herria tenía un precio y lo estamos pagando. Los espectadores dan la espalda a nuestro informativos. Teníamos un público que apreciaba lo que hacíamos antes y que ahora pasa de un producto que tenía que seguir siendo el buque insignia de la cadena", señalan veteranos profesionales de la casa. La situación se agravó el año pasado, cuando Idígoras acusó a los trabajadores de "incendiar" ETB en una entrevista con Vocento.