Bilbao. Las noticias que la Academia de Arkaute ha ido generando en el último año y medio poco tienen que ver con su objetivo original de ofrecer a los ertzainas "una buena formación, adecuada a su específica misión y permanentemente actualizada", tal y como aparece en su página web. Cursos para bomberos, conductores de ambulancias, operadoras del 112 de empresas privadas, transportistas y escoltas privados, formación en seguridad y emergencias -incluyendo un título universitario impartido en colaboración con la Universidad Pública del País Vasco- y la celebración de un campeonato de tiro para policías y militares se han sucedido para sorpresa de los agentes, que se ven cada vez más apartados de la dinámica de la Academia de Policía del País Vasco.

El último ejemplo de esta apertura de Arkaute a otras disciplinas al margen de lo estrictamente policial se produjo hace unos días, con la presentación en sus instalaciones de un nuevo Manual del Bombero que pretende convertirse en una obra "de referencia y consulta obligada" para los profesionales de este sector. A la presentación del manual le ha seguido, la semana pasada, el inicio de un curso de organización y mando para jefes de bomberos que también se imparte en la Academia de la Policía Vasca.

Durante la rueda de prensa que ofrecieron el consejero de Interior, Rodolfo Ares, y la directora de la Academia, Elena Moreno, el primero volvió a dejar claro que su objetivo es consolidar Arkaute como centro de formación no solo de ertzainas y policías locales, sino de todo el personal que trabaja en materia de emergencias y protección civil. El titular de Interior llegó incluso a ofrecer el dato de que, en el primer semestre del año, 911 personas han participado en cursos relativos a los servicios de emergencia, lo que supone más del 12% del total de matrículas en ese periodo.

La piedra de toque para esta ampliación de sus competencias se produjo con la aprobación, en el Consejo de Gobierno del Ejecutivo vasco celebrado el 30 de marzo de 2010, de la nueva estructura de Arkaute, que consistía esencialmente en integrar en su organigrama la protección civil, la atención de emergencias y la seguridad privada. Ya entonces, el sindicato ELA advirtió de que este vuelco en la naturaleza de la Academia de la Policía Vasca -que se puso en funcionamiento el 8 de febrero de 1982- redundaría en un "importante deterioro" de la formación de los ertzainas.

Más de un año después, el malestar es palpable entre los integrantes del Cuerpo. Los motivos para ello son múltiples. Fuentes conocedoras de la situación reprochaban, por ejemplo, que se impartan cursos para conducir ambulancias cuando "hay gente esperando a recibir el curso del vehículo policial" para responder a situaciones de riesgo como la climatología adversa, que afecta especialmente a los ertzainas destinados en Araba. "No estamos en contra de que acudan los bomberos o los sanitarios, pero se están destinando medios económicos y materiales de Interior para formar a personal de otros departamentos", agregaban.

La apertura de las instalaciones el pasado 19 de junio para acoger una concentración motera -en la que participó el consejero de Sanidad, Rafael Bengoa, que acudió en su propia Harley-Davidson- también escoció entre los integrantes de la plantilla. "Abrir la Academia un domingo para ellos supone un esfuerzo especial de planificación y recursos humanos, cuando se supone que no hay personal ni tiempo para reciclar a los agentes de Seguridad Ciudadana", explicaban las fuentes consultadas.

En este sentido, exponían uno de los problemas endémicos de la Er-tzaintza: la escasez de agentes que acuden a Arkaute para recibir formación. "Hay gente que tarda entre siete y diez años en entrar en una tanda de reciclaje, con el riesgo que ello conlleva por el desconocimiento en el uso de las nuevas armas, etc.", aseveraban las mismas fuentes.

Cabe recordar que la nueva directora de Arkaute, Elena Moreno, era previamente directora de Atención de Emergencias y Protección Civil, por lo que la nueva naturaleza del centro de formación parece adecuarse especialmente a su experiencia. Su llegada a su actual cargo -que se hizo efectiva con la aprobación de la nueva estructura- tampoco estuvo exenta de controversia, toda vez que sustituyó al responsable de la Academia de Policía designado por Rodolfo Ares, el profesor de la Universidad del País Vasco Juan de Dios Uriarte, tan solo diez meses después de su nombramiento.

Curso recurrido Un capítulo aparte merece el anuncio de que la Academia de Arkaute dispondrá de su propia escuela de tiradores de élite, una iniciativa, en cualquier caso, que aún está en pañales. La celebración en junio de un curso para formar a futuros instructores de esta especialidad, en el que participaron sesenta ertzainas y policías locales, provocó no pocas quejas debido a un proceso de selección para participar en el mismo que ha sido calificado, cuanto menos, de "opaco".

"No se le dio la publicidad adecuada para que la gente pudiera presentarse. Tampoco se dio opción a que se contrastara el motivo por el que se rechazaron solicitudes; si el plazo para entrar terminó un viernes, el curso empezó el lunes siguiente", explicaron a este periódico fuentes internas del departamento. Como consecuencia, este curso está recurrido tanto por sindicatos como por agentes a título individual.