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LA polémica vuelve a surgir en torno a la figura del director para los Ciudadanos y las Colectividades Vascas en el Exterior. Después de que el pasado mes de noviembre, Julián Celaya se negara a publicitar un blog sobre Euskadi porque entre sus contenidos aparecía un artículo de opinión publicado en este periódico crítico con su actuación, el enlace de Patxi López con la diáspora ha vuelto a levantar ampollas entre los vascos que viven en el extranjero. Aunque en esta ocasión, Celaya, lejos de censurar, no ahorra espacio en un artículo de opinión que ha escrito en el número 88 de la revista Euskal Etxeak, publicación de la que es director y en la que aprovecha para hacer balance de sus primeros doce meses con la diáspora vasca. Un análisis peculiar y que, sobre todo al otro lado del charco, ha generado críticas e indignación entre los vascos que viven lejos de Euskadi.
Las perlas que, de forma generalizada, el máximo responsable de las Colectividades Vascas en el Exterior dedica a los ciudadanos a los que debe dar servicio no tienen desperdicio. Sin tapujos y de forma directa, Celaya cuenta las dificultades con las que, según su opinión, se tuvo que enfrentar tras asumir el mandato del Gobierno socialista. Sobre todo con los descendientes de vascos emigrados residentes en ciertas partes de Latinoamérica. Con los afincados en Estados Unidos y Europa, hace distinción, ya que a estos últimos les ha visto más partidarios de asumir el cambio en Ajuria Enea. Los otros, por el contrario, le recibieron con "recelo" y con el pensamiento de que el Ejecutivo del PSE "iba a acabar" con el mundo de las Euskal Etxeak. "A medida que he ido recorriendo los países destino de la emigración vasca he podido tranquilizar a las colectividades vascas, no solo con mis palabras -en mi euskera de baserri y en mi castellano de ciudadano de a pie-, sino con los datos de las subvenciones", subraya Celaya en el artículo de opinión, en el que recuerda "a los que se creen más vascos que uno mismo" que él nació en un caserío en el monte y hasta los ocho años no aprendió a hablar en castellano.
Pero ha sido uno de los análisis del integrante del equipo de Acción Exterior del Gabinete socialista el que ha generado el mayor número de críticas en el continente americano, con especial interés en Argentina. Mirando al futuro, Celaya cree que "costará más que se acepte en algunos lugares históricamente emblemáticos que se pueda ser vasco sin ser nacionalista, dado que esos descendientes (de 5ª y 6ª generación hoy día) de aquellos primeros emigrantes siguen teniendo en la memoria la imagen romántica de una Euskadi folclórica y rural que, comprensiblemente, les transmitieron sus ancestros".
El mundo real Antes de entrar a la réplica que ha encontrado ya el artículo, el responsable de las colectividades vascas en el extranjero advierte de que muchos de los integrantes de las juntas directivas de las Euskal Etxeak que se autodefinen públicamente como nacionalistas vascos "reconocen a regañadientes" que la realidad ideológica en el exterior no está monopolizada por los abertzales. "El reflejo del mundo real se puede observar también en las urnas, donde los votos del exterior de las últimas elecciones vascas muestran sin ambages que nacionalistas y socialistas han tenido casi idéntica representación", subraya Celaya, que insta a algunas Euskal Etxeak a modernizar sus infraestructuras, dando paso al relevo generacional y "ofreciendo a sus asociados una visión más realista de la Euskadi de hoy".
"Solo si valoramos más lo que nos une que lo que nos separa, podremos volver a pronunciar con orgullo la frase yo también soy vasco, que yo me veo obligado a recordar a algunos con más frecuencia de la que quisiera", concluye el máximo responsable de las Colectividades Vascas en el Exterior, que desde Argentina ha encontrado una rápida respuesta. El primero en posicionarse ha sido Jon Uriarte, vicepresidente del PNV en Argentina, que recrimina a Celaya "su desconocimiento" de la diáspora: "Dice que en Europa y Estados Unidos se ha aceptado el cambio con naturalidad, pero ¿con quién ha hablado, qué vasco acepta con naturalidad la situación que está viviendo su nación? (...). El Ejecutivo de Vitoria no acaba con las Euskal Etxeak porque no puede, porque donde ha podido lo primero que ha hecho es cambiar la ikurriña por la bandera monárquica".
Por su parte, Felipe Osvaldo Eiheragibel, desde la ciudad argentina de Rosario, ha remitido a este periódico una carta abierta al lehendakari, que hoy se publica de forma íntegra en la sección Iritzia, y en la que le pregunta a Patxi López cómo ha podido nombrar para este puesto a un político "de esta talla, con menos conocimiento de nuestra realidad y con la capacidad de argumentación que resulta ofensiva". "La verdad, no me atrevo a aconsejarle que lo cese, porque cuanto más dure en su puesto, más nos convenceremos de la ineficacia de su gestión socialista", subraya Eiheragibel en su comunicado.