bilbao. El refugiado vasco Joxe Mari Zaldua Korta, Aitona, natural de la localidad guipuzcoana de Ezkioga, falleció el pasado miércoles en Aix-en-provence, cerca de Marsella, víctima de un infarto de miocardio cuando circulaba en bicicleta. La noticia de su muerte no trascendió hasta ayer, cuando fue dada a conocer a su familia.

La Policía francesa detuvo a Zaldua Korta el 19 de abril de 2002 en Ziburu, después de que hubiera llegado a Iparralde desde Uruguay, a donde se había exiliado en 1986. Encarcelado en la prisión de Gradignan mientras la Audiencia Nacional solicitaba su extradición por varios atentados con víctimas mortales, el 30 de mayo de ese mismo año los tribunales franceses ordenaron su puesta en libertad ya que, debido a un fallo informático, se consideró que no tenía causas pendientes. Pocas horas después, los jueces galos se dieron cuenta del error y rectificaron la decisión ordenando la busca y captura, pero se encontraba ya en paradero desconocido.

En agosto de 2007, Zaldua Korta abandonó en el monte al hijo de su pareja, de 13 años, para darse a la fuga después de confundir a un grupo de excursionistas con policías. El hecho sucedió en la zona de El Portalet, cercana a la frontera con la localidad oscense de Sallent de Gallego. Un pastor francés encontró al niño con signos de estar desorientado y perdido, vagando solo por el monte. Antes de separarse, Zaldua le indicó por donde tenía que caminar, pero el niño pasó varias horas perdido antes de ser localizado por el pastor.