El acuerdo entre PNV y PSOE rompe el guión de López en su primer examen

gasteiz. En política, como en los medios de comunicación, la actualidad manda, y la actualidad esta mañana pasa por el acuerdo sobre la transferencia de las políticas activas de empleo que ayer cerraron el PNV y el Gobierno español en Madrid. Así pues, el Pleno de Política General que arranca a primera hora en el Parlamento Vasco, ese primer balance oficial ante el Legislativo del lehendakari López, quedará oculto, amortiguado, mediatizado, por el tema del día, que, por otro lado, afectará de forma directa al día a día de la política vasca.

Eso sí, hay un balance que presentar y una serie de propósitos para el nuevo ejercicio que ni Patxi López ni la oposición al Ejecutivo socialista pueden eludir. El lehendakari tiene preparado un discurso de once folios en el que reivindicará la vigencia del Estatuto, que tras la fumata blanca de ayer a un traspaso fundamental se debe enfocar desde un punto de vista "positivo y constructivo", y pedirá "un último esfuerzo" para acabar con ETA, cuyo fin "está cerca". López reivindicará la política de tolerancia cero, que promete reforzar con el apoyo del Partido Popular, como un factor que ha contribuido a hacer "recular" a la organización armada.

El secretario general del PSE dedicará buena parte de sus once folios, escritos en euskera y castellano, a esgrimir los datos económicos más frescos para recalcar que Euskadi ha salido de la crisis, aunque ni en el caso de la presión al "entorno" de ETA ni en materia económica encontrará el respaldo a su política por parte de la oposición.

El PNV rehusó ayer avanzar los temas que abordará su portavoz en la Cámara, Joseba Egibar, aunque sin duda cuenta con munición, habida cuenta de la noticia conocida ayer, para atacar al lehendakari López por el flanco del liderazgo, materia habitual en las críticas de los jeltzales al Gobierno vasco.

En lo económico, el líder de los socialistas vascos tendrá enfrente tanto a Aralar como a EA, que incidirán en el debate sobre la fiscalidad, mientras que Ezker Batua y el PP cuestionarán, desde sus radicalmente opuestos postulados políticos, una salida de la crisis que de momento mantiene 130.000 parados en Euskadi. También Ezker Batua y Eusko Alkartasuna exigirán un mayor gasto social, una materia en la que el López apostará por la "sostenibilidad" y la readecuación de los servicios que se prestan para los próximos meses.

debate identitario La otra pata que sostiene la gestión de López es la del fin del "debate identitario" y la aplicación de la política de "tolerancia cero", según dijo ayer el portavoz parlamentario, José Antonio Pastor, una apuesta que se reforzará este curso con el apoyo garantizado de Partido Popular y Unión Progreso y Democracia, y que centrará las críticas al Gobierno tanto de Aralar como de Eusko Alkartasuna o Ezker Batua, que ven las novedades con respecto a la izquierda abertzale tradicional una oportunidad para alcanzar la paz que el lehendakari, a su juicio, no puede observar desde la barrera.