iruñea. Tal día como hoy hace seis años, a las 13.30 horas, Ángel Berrueta se encontraba en la panadería que regentaba en el barrio iruindarra de San Juan, cuando María Pilar Rubio, vecina del barrio, entró en el establecimiento. La trifulca que iniciaron por la colocación de un cartel en contra de ETA acabó con el asesinato de Berrueta. Tenía 61 años y cuatro hijos. Seis años después, los autores del crimen, el ex policía nacional y esposo de Rubio, Valeriano Peña, y su hijo, Miguel José, ya disfrutan de permisos carcelarios para abandonar periódicamente la prisión de Logroño.

Hoy, como cada año desde aquel funesto 13 de marzo, familiares y amigos del comerciante realizarán un homenaje, a partir de las seis de la tarde, frente al lugar del asesinato, la panadería de la calle Martín Azpilicueta de San Juan. El contexto del crimen fue de lo más convulso. Dos días antes, el 11-M. Y el día siguiente, la cita con las urnas que acabó con la presidencia de José María Aznar. Por tanto, en la jornada del 13 continuaban aflorando, sobre todo en los sectores de la derecha, las dudas sobre la autoría de los atentados de Madrid. Había quien seguía insistiendo en atribuir aquella barbarie a la organización armada. Berrueta, que algunos consideran víctima de los atentados contra la línea ferroviaria de Madrid del 11-M -entre ellos, formaciones políticas como Esquerra Republicana de Catalunya-, perdió la vida el día que se recuerda como una de las jornadas de reflexión más tensas de la historia moderna del Estado.

Valeriano y Miguel José Peña utilizaron una pistola y un cuchillo para asesinar a Berrueta, de ideología próxima a la izquierda aber-tzale tradicional y miembro de Gurasoak, colectivo de padres de encausados por delitos relacionados con kale borroka.

El juicio, uno de los más mediáticos de los últimos años en la Comunidad Foral y que se llevó a cabo a través de jurado popular en el Tribunal Superior de Justicia de Navarra, vio sentencia en julio de 2005. Se condenó a una pena de veinte años de prisión al ex policía, que en el momento del crimen se encontraba fuera de servicio, como autor de delito de asesinato. Al hijo, que fue quien utilizó el cuchillo para apuñalar al panadero iruindarra, se le condenó a quince años de cárcel. También se dictó condena contra la esposa y madre de los asesinos, María Pilar Rubio, que sumó diez años. La sentencia contempló para los tres el agravante de actuar por motivos ideológicos.

Pero la condena a Rubio no duró demasiado. Estimando las alegaciones de los abogados de la defensa, el Tribunal Superior de Navarra decidió su excarcelación en diciembre de 2005. Doce meses después, el Tribunal Supremo confirmó esta decisión, así como las condenas impuestas a su esposo e hijo por la muerte de Berrueta.

segunda petición de indulto Hasta en dos ocasiones han presentado los dos condenados peticiones de indulto. La última, en febrero. Por tanto, los familiares de Berrueta tuvieron que volver a declarar recientemente ante el tribunal. En la primera de las peticiones se pidió el indulto para Miguel, el hijo, pero en esta última la solicitud atañe también a Valeriano, el padre.