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Focos para una semifinal

Pablo Berasaluze y Asier García, botilleros de Mikel Urrutikoetxea y Oinatz Bengoetxea, despiezan el vital encuentro de esta tarde del Labrit, en el que sus pupilos se juegan el premio de entrar en la final del Cuatro y Medio

Focos para una semifinal

EL puzzle de la semifinal del Cuatro y Medio, que se disputa hoy a partir de las 18.00 horas en el Labrit, tiene un premio jugoso para dos pelotaris con pedigrí. Dos campeones. Mikel Urrutikoetxea afronta el descorche en un encuentro de talla gigantesca en el acotado, distancia en la que fallaba en las últimas ediciones, y con el colorado a cuestas de campeón Manomanista; mientras que Oinatz Bengoetxea, puntillero peligroso, experimentado y en plena resurrección de juego y sensaciones, asoma como favorito para la cátedra en busca de su segunda batalla por la txapela. La primera se le escapó como arena entre los dedos en el Ogueta de Gasteiz hace cuatro ediciones frente al máximo exponente de la especialidad, Aimar Olaizola, siete veces campeón. 22-9 en la cancha gasteiztarra. Dinamita para el puntillero de Leitza.

El vizcaino, por su parte, aterriza bien distinto, creciendo a pasos agigantados. El mundo se le puede quedar pequeño al de Zaratamo, punta de lanza de una nueva ola de pelotaris que busca inquietar el dominio de puño de hierro de los indomables Olaizola II, Martínez de Irujo y Bengoetxea VI.

La agresividad de Urrutikoetxea

Pablo Berasaluze es un delantero de raza, cuyo despliegue en los cuadros alegres es innegable. No hay negocio que no acabe en arabesco para el de Berriz. Cimentada su leyenda en el salto sin red, en la experimentación y en la técnica más brutal en el remate, asesora desde la silla de contracancha a Mikel Urrutikoetxea, sustituyendo en este campeonato a Josetxu Areitio, entrenador de ambos. No obstante, el técnico, el mago de Berriz y Urrutikoetxea forman parte de un triunvirato que decide, valora y actúa. Afirma Berasaluze que una de las cuestiones a trabajar era “enfocar muy bien los entrenamientos desde el primer momento. Tanto Areitio como yo hemos intentado ayudar a Mikel y estar encima de él para corregir los posibles errores que podía cometer en la distancia para este Cuatro y Medio”. Y es que, tal y como comenta el consejero del de Zaratamo, el campeón no se sentía a gusto en la jaula. “Siempre ha demostrado que puede jugar en todas las modalidades de la pelota a mano. Yo sabía que podía hacerlo desde el primer momento en el que le vi”, declara el de Berriz.

El factor a mejorar fue el de igualar el ritmo de juego del pelotari a la distancia. Urrutikoetxea, delantero especializado en el mano a mano, necesitaba experimentar la velocidad en sus carnes para adecuarse. “Para dar el salto había que jugar más agresivo y meter ritmo a los desplazamientos. A Mikel le gustaba jugar con tiempo para pensar y en el Cuatro y Medio no lo hay”, analiza Berasaluze II.

El puntillero, artista, además, dice que “en el partido contra Juan Martínez de Irujo, en el que levantó un 9-16, Mikel estuvo muy metido desde el principio”. Fue clave para remontar al campeón de la distancia, muy complicado de jugar con el día a su favor al portar dos látigos interesantes. Pues bien, no tiró la toalla el vizcaino. “En años anteriores, él quizás se desconectaba en mitad de una contienda de este estilo con este resultado, pero la victoria ante Juan vino de que se mantuvo en todo momento dentro”, revela el botillero del vizcaino, quien agrega que “Urruti siempre tiene chispa, siempre ha tenido este garrote, pero ahora se le ve con un puntito de confianza mayor. Está más atento”. Añade el berriztarra que “hemos trabajado un montón con Mikel para intentar ayudarle desde el primer momento, pero con él es fácil. Todo esto es fruto de eso y de que tiene algo especial”.

Respecto a la semifinal de hoy en el Labrit de Iruñea, finaliza Pablo que “Oinatz es peligroso porque sale siempre muy enchufado, pero no me preocupa su juego. La clave la tiene Mikel. Si juega con agresividad, tiene capacidad de ganar a cualquiera. Lo ha demostrado”.

Caída y resurrección de Bengoetxea VI

Situado en las semifinales del Cuatro y Medio, Oinatz Bengoetxea está viviendo uno de los años en los que deportivamente mejores resultados ha vivido: campeón del Parejas, finalista del Manomanista -no jugó por lesión y las empresas no le esperaron- y está ya a las puertas de la final del acotado. Desvela Asier García, su primo y botillero, que “con la referencia de los últimos cursos podemos decir que está en una de las mejores temporadas. Estamos muy contentos y satisfechos. En anteriores competiciones tenía punch en los primeros compases, pero después se le gastaba. Con el trabajo ha conseguido mejorar todo eso”.

Cuestión que ha costado tras tener que frenar una progresión meteórica en los primeros seis meses del año por una lesión en el dedo. “Oinatz necesitaba continuidad y a base de partidos ha ido cogiendo su sitio. Mucho de lo que ha conseguido viene por la actitud que tiene ante este tipo de situaciones: es positivo y su vínculo con el trabajo es enorme”, analiza García, quien argumenta que “estos factores le dan resultados”. Quizás sea la madurez. Observa el consejero navarro que “tiene ya treinta tacos, es padre y las perspectivas de la vida cambian. Esa estabilidad le ha hecho subir en el juego que despliega en el frontón”.

El camino de Bengoetxea en el presente Cuatro y Medio ha vivido varios episodios y una trama de carácter bastante épico. La primera derrota en la liguilla de cuartos de final ante Aimar Olaizola, que le dejó en cinco, le hizo mucho daño. Estaba casi eliminado. Verbaliza Asier que “nos dejaron temblando en el Labrit y con pie y medio fuera”. “Partimos de la base que en aquel partido el día fue raro, pero nos dio un buen golpe mental. Contra Olaizola está claro que puedes perder de calle, pero jugando lo tuyo. Oinatz no pudo hacer nada. Se sintió pequeño. Eso genera dudas y una sensación de impotencia muy grande”, rememora García.

Tocó reconducir la situación. Reconocen que el 22-5 fue un viaje fuerte. El desplome. Había que resurgir. “Enfocamos el partido contra Iñaki Artola como que estábamos casi eliminados y que no había nada que perder. Dejamos patente que Oinatz es un pelotari luchador y que no se iba a rendir. Le restamos importancia”, confirma el consejero del lei-tzarra. Así, el pelotari navarro fue capaz de devolver el guante, sacarse la espina y “quitarse ese peso de encima que le había generado la primera derrota”. La tercera oportunidad, la del todo o nada, fue contra Jokin Altuna en el Atano III. Éxtasis. “Lo vimos como una oportunidad que teníamos después de haber estado muy lejos de las semifinales”, cuenta. A Bengoetxea VI le salió todo. Triunfo aplastante y sensaciones abrumadoras. Manifiesta García que espera “un encuentro complicado” contra Urruti. “Los caminos de aprendizaje de los dos manistas es paralelo y el vizcaino está en un momento dulce”, concluye.