Jaka se da un baño
El lizartzarra, junto a Tolosa, rompe la final del parejas de segunda y suma su segunda txapela consecutiva ante Rico IV y el vizcaino larunbe
Duración: 61:47 minutos de juego.
Saques: 1 de Rico IV (tanto 1) y 4 de Jaka (tantos 7, 8, 10 y 18).
Faltas de saque: Ninguna.
Pelotazos: 424 pelotazos a buena.
Tantos en juego: 7 de Rico IV, 2 de Larunbe, 11 de Jaka y 1 de Tolosa.
Errores: 2 de Rico IV, 4 de Larunbe, 4 de Jaka y 3 de Tolosa.
Marcador: 1-1, 2-1, 3-2, 4-2, 4-3, 4-4, 5-4, 9-5, 10-5, 12-6, 13-10, 15-11, 15-15, 16-16, 17-17 y 17-22.
Botilleros: Ejercieron de botilleros Rubén Beloki (con Rico IV-Larunbe) y Jokin Etxaniz (con Jaka-Tolosa).
Apuestas: De salida se cantaron posturas de 100 a 80 a favor de Jaka-Tolosa.
Incidencias: Final del Campeonato de Parejas de Segunda de la LEP.M disputado en el frontón Labrit de Iruñea que registró un lleno total, con 1.000 espectadores en las gradas.
bilbao - Se jugó el gaznate Erik Jaka porque era lo que pedía la final de Segunda y forma parte de su ADN. Es rematador. Es artista. Desde Lizartza asfaltan los frontones de oro. Jaka es puro disparate, como lo es Mikel Olaetxea, el otro lizartzarra profesional. Erik es un impulso eléctrico con una zurda inspirada. Y ayer, jugándose el pellejo, apostando todo a él mismo, porque el partido se escapaba como arena entre los dedos merced a la solidez de Jorge Rico y Mikel Larunbe y la tensión de su compañero, se dio un baño de quilates. Uno de masas. Uno de lana, negra. Otra txapela del Parejas de Segunda, la segunda consecutiva tras la lograda el curso pasado junto a Beñat Rezusta, que fue clave en la conquista del cetro de plata de 2014.
En este, los galones los llevó el artista guipuzcoano. Porque cuando reinaba el 15-10 en el luminoso, la timidez de Rico IV explotó en la verborrea rematadora del pelotari de Aspe. Fue el amo y señor del duelo Jaka, poderoso y con sentido en el despliegue, ante dos adversarios que sumaron mucho en el primer tramo, en el que sacaron a pelotazos a sus contrincantes, pero que acabaron ahogándose en la orilla. En las igualadas a 16 y 17 no supo el de Cenicero tomar riesgos y su rival en los cuadros alegres se lo merendó. Larunbe acabó en un vía crucis, casi doblando en pelotazos a su compañero cerca del frontis. Acabó seco. Y la txapela tomó rumbo a Gipuzkoa. 17-22.
Fue una pena para el pelotari galdakoztarra y el puntillero riojano, porque dominaron el principio del envite de modo inapelable. El vizcaino estuvo soberbio, serio y sin estridencias, salvo una escapada en el segundo tanto. Después serenó el alma y se puso a mostrar virtudes, porque técnicamente tiene muchas. Ante eso, fue Xabier Tolosa el que bajó. Ya fuera por la tensión, los nervios o la presión, el anoetarra no estuvo al nivel esperado en la primera parte. Lo pagó Jaka, voluntarioso pero sin incidencia. Y Rico IV metió gas al remate y a su diestra potente. Se fueron al 10-5 con todas las de la ley.
Aun así, Erik personificaba el peligro. Cualquier pelota que se enredaba formaba parte de un nuevo empuje. De un disparate. De una posible genialidad. Y los colorados, poco a poco, fueron perdiendo gasolina.
Los guipuzcoanos se pusieron a dos (12-10), pero un yerro del rematador lizartzarra desembocó en un nuevo estirón. Rico cerró sus últimos tantos en el partido: una cortada con efecto y un dos paredes. 15-10.
El guante estaba en el aire. Lo cogió Jaka. Y se rompió la final. El manista de Lizartza derrumbó a sus adversarios, echándose el partido a sus espaldas. Rico dejó de poner pinceladas y todo se volvió azul. Una pequeña subida de Tolosa desequilibró la contienda entonces. Porque Larunbe se quedó solo en el despliegue. Sufrió un bombardeo. Llegaron a dominar (17-16). Y Jaka, único, terminó los seis tantos siguientes. Un artista que vale una txapela.