Duración: 55:54 minutos de juego.

Saques: 3 de Fusto y 2 de Gaubeka.

Faltas de saque: 3 de Gaubeka.

Pelotazos: 291 pelotazos a buena.

Tantos en juego: 17 de Fusto y 9 de Gaubeka.

Errores: 8 de Fusto y 8 de Gaubeka.

Marcador: 10-7, 10-3 y 10-8.

Incidencias: Alrededor 900 personas en el frontón Bizkaia para presenciar la final del campeonato del mundo Individual de pala profesional organizado por el Consejo Mundial de pelota vasca y asociados.

bilbao. "Vale mucho esta txapela porque yo sé lo que cuesta mantenerse arriba y reeditar un título", explicaba Pablo Fusto en el túnel de vestuarios del Bizkaia tras enfundarse su segundo cetro consecutivo del campeonato del mundo Individual de pala profesional. El bonaerense, de colorado, volverá a lucir el color más deseado de todos los palistas en activo otro curso más. Ayer, y ante el gran Esteban Gaubeka, Pablo volvió a reinar en el campeonato rey del panorama en un duelo en el que dominó de cabo a rabo. Fue más el bonaerense a pesar de que llegaba su contrincante en un estado de forma excepcional. Dominó el peloteo Fusto, atacando a cada pelota, mandando con la zurda, para embolsarse el cetro en apenas tres sets, poca acción y muchas paradas. No fue un partido brillante, pero sí que se batieron el cobre los dos delanteros, los mejores, en un partido tenso y de puro nervio.

El empiece del encuentro fue toda una declaración de intenciones: Fusto mandó. Muchas veces se le puede achacar que con el saque regala demasiado, pero ayer estuvo fino. De hecho, fue lo que destacó de su juego cuando terminó. "Estoy supercontento por cómo he sacado; si lo hago así, me da fuerza y me motiva para seguir el tanto", relató. Así las cosas, el bonaerense sacó el hacha de la izquierda para tratar de dominar a base de fuerza. Tal fue la velocidad que imprimió a la pelota que Gaubeka quedó vendido y sin la posibilidad de envenenar los golpes. Sin oportunidad de mover al grandísimo delantero argentino, quien por su envergadura quizás pueda cansarse antes. Sin poder entrar en una batalla física, Gaubeka comenzó a sufrir los envites de su contrincante. Aun así, se supo defender ante los zurdazos del argentino. Sin embargo, con un rebote colorado al tercer tanto jugado, la cosa parecía que pintaba negra. En el primer juego hubo batalla, tensión, poco peloteo y mucha velocidad. Y sin peloteo, Fusto comenzó a sembrar machetazos. Y le salió perfecto porque evitaba que le buscara Gaubeka en el ancho. 10-7 para abrir boca.

La clave, no obstante, estuvo en el segundo cartón del segundo set. En él, un Gallo peleón puso a Fusto contra las cuerdas, pero la fortuna le fue esquiva: con el tanto ganado, la pala se le partió por la mitad y la historia se volvió colorada. Paso por el vestuario, cambio de pala, preparación y un rato para volver a encontrar el punto justo. Lo suficiente para que Pablo se alejara con buen juego a base de castigar la zurda de Esteban y echar la pelota atrás. Además, el armintzarra no estaba fino. El golpe fue de categoría casi letal: 10-3. Esteban estaba anulado.

En la tercera manga, tabula rasa para Gaubeka, porque de lo contrario tocaba penar. Así pudo recomponerse y llegar incluso a tener contra las cuerdas a Fusto. Pero dos faltas de saque le devolvieron el golpe al vizcaino, que terminó por ceder la final en la tercera manga por 10-8, no sin antes hacer un dos paredes marca de la casa. Acabó el partido el bonaerense, no obstante, con un rebote, con músculo. Para volver a ponerse colorado. Al acabar la contienda, Fusto brindó la txapela a su aita. "Se la dedico y le envió un abrazo desde acá", afirmó.