Un año después, Carlos Alcaraz y Novak Djokovic volverán a jugar la final de Wimbledon. Desde las dos consecutivas que disputaron el serbio y Federer en 2014 y 2015, no se había repetido la lucha por el título en la hierba londinense. Para el murciano, será su cuarta final de Grand Slam, en las que hasta ahora tiene un 100% de efectividad. Llega a ella con casi un 90% de victorias en Wimbledon y más de un 85% de triunfos en partidos a cinco sets. Para el serbio, será su trigésimo séptima final grande y la décima en Wimbledon, sexta consecutiva, en la que saldrá con el objetivo de igualar los ocho títulos de Federer y lograr su vigésimo quinto Grand Slam. Ya son dieciséis años seguidos jugando al menos una final, pero nada de esto sería extraño si no fuera porque Djokovic pasó por el quirófano hace poco más de tres semanas.

Alcaraz ha llevado su defensa del título hasta la última instancia después de superar a Daniil Medvedev en un partido en la que de nuevo tuvo que remontar un set en contra: 6-7, 6-3, 6-4 y 6-4. El tenista de El Palmar comenzó el choque desordenado, queriendo hacer demasiadas cosas con la pelota y sacando mal ante un rival que era una pared. “Tener nervios es normal, pero debo controlarlos. Cuando no los controlas, es complicado jugar tu mejor tenis o afrontar las situaciones. Es lo que me pasó en el primer set. Estaba sufriendo a la hora de jugar con mi saque. Tenía demasiada prisa, parecía que Daniil estaba al control. Después empecé a tranquilizarme y a jugar mejor, a sentir que me iba a divertir”, explicó después.

Así fue, el murciano supo resetear otra vez y tomó el mando del partido cuando logró hacer dos cosas básicas: servir mejor y lanzar su derecha con la que dominó a Medvedev y empezó a generarse oportunidades que convirtió con mucha autoridad. La capacidad de lucha del ruso topó con el repertorio de golpes de Alcaraz, que entendió que no podía permitir que su rival golpeara en parado y empezó a moverlo por la pista. El partido se inclinó descaradamente del lado de Alcaraz, pese a que pasó por varios compromisos en sus turnos de saque. Aún sintiendo que debo mejorar su juego en hierba, repite presencia en la final de Wimbledon “y mis sensaciones son parecidas a las del año pasado. Sé que tengo que dar mi mejor nivel para ganar”.

Triunfo científico

Djokovic vuelve a ser el último obstáculo. “Quiero tener el trofeo en mis manos el domingo”, advirtió el serbio tras imponerse a Lorenzo Musetti (6-4, 7-6 y 6-4) de la misma manera que ha ganado cientos de veces: manejando los tiempos y acelerando en los puntos decisivos. El italiano estaba en su primera semifinal de Grand Slam y demostró que tiene talento y golpes para repetir, o algo más, pero le faltó convencimiento y determinación para apurar aún más a Djokovic, que no había jugado desde el lunes. Musetti estuvo cerca de ganar los tres sets, pero los tres se los llevó el de Belgrado, muy sólido con su servicio en los momentos de apuro y agresivo y certero en sus aproximaciones a la red para decantar el resultado a su favor.

Solo dos jugadores han ganado a Djokovic en la final de Wimbledon, Murray y Alcaraz, que se postula como su sucesor. “Ya me ganó aquí en la final el año pasado en un partido a cinco sets, así que no espero nada menos que eso. Es un jugador muy completo, uno de los mejores a los 21 años que ha visto nuestro deporte, así que voy a tomar lo mejor de mis habilidades para derrotarle el domingo”, manifestó el tenista de Belgrado.