NUEVA York cierra desde el lunes la temporada de Grand Slams del tenis más convulsa y lo hace de la misma manera en que empezó: con Novak Djokovic fuera del US Open por su negativa a vacunarse contra el covid. El serbio ha sido fiel a sus ideas y eso le va a impedir de nuevo buscar la igualada con Rafa Nadal. El balear ganó en Australia, donde todo estuvo condicionado por la polémica con el serbio, y en Roland Garros, donde reinó cierta normalidad. Luego tuvo que retirarse por lesión antes de las semifinales de Wimbledon. En Londres faltó Alexander Zverev, que ahora tampoco estará porque aún no se ha recuperado del fuerte esguince de tobillo que sufrió en su duelo ante Nadal en París, y Matteo Berrettini, subcampeón defensor, tuvo que retirarse por dar positivo en covid.

Se esperaba que el US Open supusiera una cierta vuelta a la normalidad, pero no va a poder ser y el principal aliciente es saber si Nadal, que llega con poca competición, suma su 23º grande, iguala en el palmarés del torneo los cinco triunfos de Jimmy Connors, Pete Sampras y Roger Federer y sale de Flushing Meadows como número 1 del mundo o si Daniil Medvedev, que el año pasado arruinó todas las expectativas de Djokovic, es capaz de repetir victoria tras su discreto rendimiento en París y Londres. También los aficionados miran a Carlos Alcaraz, que hace un año se dio a conocer con sus cuartos de final y ahora puede también alcanzar el primer puesto del ranking mundial. El joven murciano carga ya con mucha presión y tiene que acostumbrarse a esa situación para recuperar la magia que ha perdido en los últimos meses.

Otros nombres pueden asomar como candidatos a semifinales: el mismo Berrettini, Ruud, Fritz, Tsitsipas, Kyrgios si mantiene la motivación que exhibió en Wimbledon o el croata Coric, reciente ganador en Cincinnati y recuperado para la causa tras salir de una complicada lesión de hombro.

En el cuadro femenino, no cabe descartar otra de esas sorpresas tan habituales en la última década. Serena Williams centrará la atención, al menos lo que dure en un torneo que será su despedida como profesional. La estadounidense debutará el lunes ante Danka Kovinic en un partido que definirá cuál puede ser su recorrido en el US Open. La leyenda descargará de miradas a Emma Raducanu, la campeona el año pasado que no ha confirmado aún ese inesperado éxito. Su primera rival será muy dura, Alize Cornet. En cuanto a Garbiñe Muguruza, tiene que despejar sus fantasmas antes de aspirar a brillar en el Grand Slam que peor se le ha dado. Lo mismo ocurre con Paula Badosa, atrapada de nuevo por las expectivas tras su buen comienzo de año.