PARA Jon Míguez (Getxo, 1996) el mundo está girando a velocidad de vértigo. El boxeador vizcaino, afincado en Castro Urdiales y criado en las faldas del club Okinawa de la localidad cántabra, está en un momento excelente y todo se mueve muy rápido. Desde que debutara en el ensogado profesional el 15 de julio de 2017 de la mano de MGZ Promotions, el joven wélter experimenta un perpetuo ascenso. Paso a paso. Escalón a escalón. Golpe a golpe. Sobre todo, después de sus tres primeras peleas, que se desarrollaron en sus primeros cinco meses. “Todo esto era inimaginable cuando empecé. Gracias al trabajo, todo está saliendo a las mil maravillas. Voy poco a poco”, cuenta Míguez. En 2018 pactó seis y las seis fueron a su bolsillo, con apuros en algunas ocasiones, pero siempre con un método empírico que le deja marca en el espíritu y en el ordenador que tiene sobre los hombros. Jon procesa cada batalla y aprende. Por ejemplo, ante el ruso Ilya Usachev en abril en Bilbao tuvo que verse forzado para darse un impulso. Le viene bien el trote.
Asimismo, con un récord de nueve victorias, cinco antes del último gong, las oportunidades le llueven. Para empezar, con 22 años es aspirante oficial al cetro Estatal wélter y se encuentra a la espera del resultado de la negociación en la lona entre Aitor Nieto, campeón en liza, y Hamza Misaui. Además, el próximo sábado Míguez pugnará por su primer cinturón: el Campeonato del Mundo Júnior del Consejo Mundial wélter. “Siento que poco a poco los sueños se empiezan a convertir en realidad”, manifiesta Good Boy, que se encontrará con el ucraniano Vasyl Kurasov (7-0, tres K.O.) en el frontón Bizkaia de Miribilla, a partir de las 20.00 horas -las puertas se abrirán a las 19.00 horas-. En la misma velada, denominada Winter on Fire IV, el vizcaino compartirá cabeza de cartel con Violeta González, la primera vasca en disputar un Campeonato de España femenino de la historia, que se mide a Davinia Pérez. Estarán también presentes Andoni Gago y Nany Suárez y debutarán Salvi Jiménez y Mario Ospina.
Míguez está feliz. “Las cosas me están yendo bien y estoy muy contento, con ganas de seguir trabajando. Las oportunidades que vengan quiero aprovecharlas”, desgrana Good Boy, mientras prepara sus articulaciones para cruzar guantes con el semipesado Jorge Garbey. Recuerda el getxotarra que la opción de pelear contra Kurasov llegó “ bote pronto”. “Es un título importante y estoy con ganas de dar pelea”, define.
Con todo, la evolución de Míguez está siendo exponencial. “En cada entrenamiento lo doy todo. Estoy tratando de coger fondo y tener el físico siempre fuerte. Al final, si me ganan, que no sea por no tener chispa”, analiza Jon, quien hace hincapié en “sacar manos rápidas”. “Cada día me siento más a gusto en el campo profesional. Me noto cómodo en los asaltos y a la hora de plantear un combate largo. Hay veces que se puede dudar de la velocidad, pero poco a poco ves cómo te adaptas y que el nivel crece. Es cuestión de madurar”, agrega Good Boy, quien no tiene “miedo” al pleito “largo”. “No doy vueltas al título. Únicamente me centro en la pelea y que tanto el público como yo acabemos contentos, que es una cuestión con la que me presiono. Si no me salen las cosas, me enfado conmigo mismo”, remacha. Para la preparación está contando con peleadores de la talla de los campeones de Europa Kerman Lejarraga o Sergio García. “Les tengo que dar las gracias”, añade Míguez.
Su rival, Kurasov, apenas tiene 21 años y realizó su primera incursión en el campo profesional con 19 recién cumplidos; sin embargo, tiene menos experiencia que el vasco y será su primer combate fuera de Ucrania. “Es completo”, define Míguez, que enfoca todo su poder en el de Dobropillia. Espera un Bizkaia repleto. “Me vengo arriba con el público”, finaliza.