mis hermanos apostaron que no podía conducir rápido; entrené y gané mi primera carrera; más tarde -1958- fui a la Fórmula 1. La única vez que se me impidió competir fue en el GP de Francia. El director de la carrera dijo: ‘El único casco que una mujer debe usar es el de la peluquería’. Aparte de eso, no creo que haya prejuicios, solo sorpresa por mi éxito”. Maria Teresa de Filippis (1926-2016, Nápoles). La primera mujer en la historia de la F-1. Declaraciones para la cabecera británica The Observer. Un discurso que 60 años después permanece en boga por lo rutinario de la situación.

El Campeonato del Mundo de Fórmula 1 nació en 1950; desde entonces han competido 1.003 pilotos: 998 hombres y 5 mujeres.

Maria Teresa de Filippis (1958-59), Lella Lombardi (1974-76), Divina Galica (1976 y 1978), Desiré Wilson (1980) y Giovanna Amati (1992) son las cinco pilotos oficiales en la competición. Solo dos lograron estar en la parrilla de salida de algún gran premio: las italianas De Filippi y Lombardi, siendo esta última la única que ha puntuado. O sea, la última vez que una mujer disputó una carrera de F-1 fue en 1976.

La esperanza femenina se ha depositado desde entonces en mujeres que han ocupado asientos como pilotos probadoras, las más próximas a abordar la competición. En este apartado figuran otras cinco: María de Villota (1992), Simona de Silvestro (1994), Susie Wolff (2012-15), Carmen Jordá (2015-16) y Tatiana Calderón (2018).

La colombiana Tatiana Calderón (1993, Bogotá) es la última incorporación al espectro femenino de la F-1, la décima integrante, la rareza. En enero de 2018 fue reclutada por la escudería Alfa Romeo Sauber F1 Team como piloto de pruebas. Esta semana se ha estrenado al volante del monoplaza. Queda confirmada como la solitaria representante en la F-1. La primera mujer no europea o sudafricana a los mandos de un F-1 y la figura en la cual se deposita el futuro femenino en la máxima competición del automovilismo.

Sauber es un oasis en el desierto. Es la única escudería con una mujer de directora deportiva, Monisha Kalterborn, pionera además asumiendo dicho cargo en el Mundial; ahora también es excepción con Calderón al volante de un F-1. “Es una forma de demostrar que estamos preparadas”, dice la piloto, que abunda en la cuestión sexual para Crash.net: “Muchos dudan si estamos física o mentalmente preparadas y esta es una forma de demostrarlo. Soy una persona competitiva y quiero competir contra los mejores, sin importar el género. En mi opinión, podemos competir en igualdad de condiciones”.

“como en la playstation” Calderón ha debutado a los mandos en una exhibición celebrada en México, en el circuito Hermanos Rodríguez. “Conducir el F-1 fue como estar en la PlayStation”, describió al bajarse del modelo C37 de Sauber. Completó 23 vueltas, en tres stints, al trazado congelando su mejor tiempo en 1:23,170. Para evaluar, la vuelta rápida del GP de México del pasado domingo la firmó Valtteri Bottas, deteniendo el crono en 1:18,741 con sus posaderas sobre el Mercedes. Los pilotos de Sauber, Charles Leclerc y Marcus Ericsson, presentaron unos mejores registros de carrera de 1:20,537 el primero y de 1:22,440 el segundo, siendo 6º y 14º, respectivamente, en la relación de tiempos.

“Hizo un buen trabajo. El objetivo era que sintiera el coche e ir mejorando. Realizó un trabajo fantástico”, juzgó Beat Zehnder, mánager general del equipo. “Obviamente las pulsaciones son un poco altas, en especial cuando ves tantas cámaras y arrancas el motor, pero el equipo me preparó muy bien para saber lo que tenía que hacer”, manifestó Calderón, que subrayó: “Es un sueño hecho realidad”.

Ahora aguarda un test de puesta a punto que, encantado Zehnder, llegará. “A mi madre no le gusta mucho esto y prefería que me dedicara al tenis, pero a mi padre le gusta y me apoya”, confiesa para el diario Bild sobre una pasión que desarrolla desde los 9 años. “Las mujeres tenemos un 30% menos de músculo, o sea que tengo que trabajar más, sobre todo el cuello, pero he ganado 9 milímetros en términos de circunferencia”, detalla. “Ojalá pueda seguir demostrando que no hay una desventaja física”.

En el palmarés de Calderón destacan la primera posición en el Junior Intercontinental de karting, las segundas plazas en el Radical European Master y el Challenge Formula 2000, y la sexta en el Star Mazda Series. En la actualidad la bogotana ocupa la decimosexta plaza en las GP3 Series.

Calderón pilotó en el equipo Emilio de Villota Motorsport, propiedad del progenitor de María de Villota y donde coincidió con el piloto vizcaino Igor Urien. “Siempre iba acompañada por su padre y Andy Soucek, su coach. Era gente muy maja, cordial y humilde. Cuando coincidíamos en el restaurante del hotel, siempre se levantaban a saludar, una amabilidad que no es común. Eso sí, cuando llegaban a las carreras iban a lo suyo, se les veía centrados, muy profesionales, lo que es normal; es un trabajo”, evoca el vasco sobre su estancia en la Fórmula 3.

La F-1 ya abriga a Calderón. Es historia. Camina por la senda que desbrozó De Filippis. Rara por lo sintomático de la realidad. “¿Sorprende que más mujeres no hayan seguido tu ejemplo?”, le preguntó The Observer, en 2006, a la pionera, que selló: “Un poco. Tal vez simplemente no lo sienten así. Luego, por supuesto, está la cuestión del dinero; muchos partidarios no creen que una mujer pueda competir en igualdad de condiciones. Una pena; creo que habría un gran interés si a una mujer se le diera una oportunidad en la F-1”. Tatiana Calderón abraza la suya. Es la esperanza femenina en la Fórmula 1.