Duración: 77 minutos. 30 minutos y 49 segundos de juego real.
Saques: 1 de Olaizola II (tanto 8) y 1 de Altuna III (tanto 3).
Pelotazos: Se cruzaron 627 pelotazos a buena.
Tantos en juego: 8 de Olaizola II, 1 de Imaz, 10 de Altuna III y 1 de Martija.
Errores: 4 de Olaizola II, 4 de Imaz, 8 de Altuna III y 4 de Martija.
Marcador: 0-3, 1-3, 1-4, 3-4, 3-5, 3-6, 4-6, 4-7, 5-7, 6,7, 6-8, 8-8, 8-9, 9-9, 9-12, 10-12, 10-13, 11-13, 11-14, 14-14, 14-17, 17-17, 17-18, 18-18, 18-20 y 22-20.
Botilleros: Rubén Beloki asesoró a los a Olaizola II e Imaz, mientras que Jon Apezetxea aconsejó a Altuna III y Martija .
Incidencias: Partido correspondiente a la liguilla de cuartos del Campeonato de Parejas de la LEP.M disputado en el Beotibar de Tolosa, que registró una gran entrada.
bilbao - Tal vez porque los caminos del Señor son inescrutables; no se sabe si por el influjo de la festividad, la Inmaculada Concepción, -un asunto difícil de resolver para la ciencia-, o simplemente porque el Beotibar es un templo de la pelota, en Tolosa se resolvió una cuestión de fe en el Parejas. Nada más allá de la creencia sostuvo un duelo sin arabescos, repleto de minimalismo, arrítmico, escaso de mordiente, trompicado, minado de errores y repleto de dureza que otorgó un preciado botín a Olaizola II e Imaz. En ese ecosistema, húmedo el frontis y la pared izquierda, sobrevivieron los colorados ante Altuna III y Martija, desterrados en el clímax, rebasados al final, cuando más duele. Se aproximaron a la gloria con un palmo de ventaja, 18-20, pero no les alcanzó para vencer. Un gancho de Aimar, peleado media tarde con la geometría, en el ocaso y un pelotazo a la lona superior de Martija dejó a Altuna con una mueca y a la parroquia con esa sensación única de arrancarse la etiqueta molesta que raspa la nunca. Un trozo de tela que no impide la vida, pero que la complica.
El partido nació con el amezketarra afilado y clarividente en el remate ante un Aimar hueco, irreconocible. Incómodo por el comportamiento del material, en ocasiones chato el bote, otras largo, Aimar no se reconocía, anudado en el mar de dudas que vertían las paredes del Beotibar. Lloraba la piedra y se enfadaba el de Goizueta, que no tenía brújula. Martija, con un par de errores, metió en el pleito a sus rivales. A pesar de ello, Aimar continuaba resbalando. No enraizaba las piernas y no acertaba con el gancho. Imaz, trabajador, serio y concentrado sostenía a Aimar, apenas un boceto de lo que es, ante Altuna III, con más panorámica. El de Amezketa, con todo, también se contagió y se sumó a la irregularidad de un contienda tiesa porque las pelotas no tenían ni pizca de gracia. El duelo, aunque igualado, caminaba con plomo, a cámara lenta. Pico y pala. Imaz y Martija, imberbes, no fallaban pero tampoco rompían. No disponen del calibre de los grandes artilleros, pero engalanaron sus virtudes con trabajo.
Emparejados ambos zagueros y enredados los dos delanteros en sus laberintos, los tantos se hacían con fórceps. Dos remates en el txoko de Altuna rompieron la igualada y pusieron tres tantos de distancia en el marcador (10-13). Lijaron Aimar e Imaz la desventaja, de nuevo igualados tras la aparición del goizuetarra. El estirón lo cortó Martija. Adquirieron tres tantos de renta, pero no rasgaron. El duelo estaba repleto de costurones. En el epílogo se trababa de no tropezar. Aimar se asentó y acertó. Con el 18 iguales, se refundó un choque a cuatro tantos. Un error de Imaz y un gancho de Altuna aclararon el horizonte a los de Aspe hasta que a Altuna se le escapó una apertura al ancho. Entonces Aimar redescubrió el txoko. Después hilvanó un gancho y a Martija la pelota se le fue al cielo. Era el único lugar posible en un debate solo para creyentes. El parejas continúa esta tarde en el Labrit de Iruñea con el duelo que medirá a Bengoetxea VI y Larunbe contra Ezkurdia y Zabaleta.